Algunas reflexiones sobre la ley Sinde

Publicado el 22 enero 2010 por Barracuda Comespam @comespam
Internet es la nueva biblioteca de Alejandría un espacio donde la información se mueve, se crea, se dispersa, se expande y se inventa a una velocidad asombrosa, pero que supone el acceso rápido y directo a unos contenidos a los que en muchos casos sería difícil acceder. Así, es probablemente uno de los lugares donde hay más cultura al alcance de cualquiera, lo que, evidentemente, tiene sus ventajas y sus inconvenientes.
¿Qué ventajas? Si necesitas información, puedes tenerla de forma fácil, desde cualquier parte del mundo (siempre que dispongas de un ordenador y un acceso a internet) y en cualquier idioma. ¿Desventajas? Al ser tan fácil crear información ésta puede distorsionarse o directamente ser incorrecta. Asimismo, el fácil acceso a la información dificulta toda la temática de los derechos de autor, ya que al tener acceso rápido y fácil a la información es mucho más fácil vulnerarlos.
Y os preguntaréis, ¿a qué viene todo esto? Pues esta reflexión me ha surgido a raíz de toda la polémica que se ha generado últimamente con la llamada Ley Sinde, que permitirá el cierre de blogs con enlaces a webs P2P y páginas P2P. En estos momentos hay dos grupos enfrentados, los que defienden los derechos de autor (Gobierno, organismos como la SGAE y los defensores de los derechos de autor) y los internautas, blogueros o defensores de un internet libre.
Cada uno esgrime sus argumentos, en muchos casos válidos según como se mire, pero lo que está claro es que en este caso es necesario tener una visión más amplia del tema. Por ello, me gustaría analizar algunos puntos clave de toda esta problemática.
1. Todos los enlaces P2P son perniciosos y vulneran los derechos de autor
Esta máxima me parece, cuanto menos, cuestionable. ¿Las descargas de canciones emitidas por la radio son ilegales? ¿Y los programas ya emitidos en televisión? De acuerdo, las descargas de las películas que se emiten en los cines vulneran los derechos de autor pero, ¿realmente se puede decir lo mismo de otro tipo de descargas? Cada vez más las televisiones, radios e incluso grupos de música estan ofreciendo estos contenidos de forma gratuita para su visualización, ¿qué hay de malo en su descarga para su uso personal? No deja de ser lo mismo que grabar en video o disco duro un programa que emiten por televisión y verlo unos días después.
2. Las webs se lucran con las descargas
El principal argumento que esgrime el Gobierno es que este tipo de webs se lucra con las descargas y por ello vulneran los derechos de autor. Probablemente sea cierto y la postura no sea errónea pero me pregunto si no podría ser más interesante la idea de “únete y vencerás”. Ya que es muy difícil cerrar todas estas webs y realmente hay una parte importante de la sociedad que no está de acuerdo con esta censura, una idea que lanzo al viento podría ser utilizar estas webs en beneficio de los derechos de autor. Quien quiera gestionar una página así y consiga un beneficio, que pague un % por ello y que este dinero vaya directamente a cultura, no a entidades privadas. Hay muchas fórmulas y posiblemente ésta no sea la mejor, pero probablemente podría ser interesante abrir las opciones para que todo el mundo salga ganando, en mayor o menor medida.
3. ¿El canon es la solución?
El canon es una medida controvertida y que por lo que parece no contenta ni a unos ni a otros. ¿De qué sirve establecer un canon que debemos pagar todos, vulneremos o no los derechos de autor, si tampoco va a contentar a los que defienden estos derechos? Haya o no un canon, la cuestión es que los que defienden los derechos de autor van a seguir luchando contra los que realizan descargas pirata, con lo que el canon no sirve para más que para recaudar un poco más. Y otra duda que me surge, ¿a dónde va a parar el dinero del canon? ¿A museos? ¿A pinacotecas? ¿A cultura en general o a la SGAE en particular? Si este nuevo impuesto repercutiera en el entorno cultural cumpliría con una de sus funciones y seguramente tendría una imagen pública mucho más positiva.
4. ¿Qué puede suponer esta nueva ley?
Voy a tratar esta cuestión solamente desde el punto de vista del usuario que se descarga los archivos, no desde los creadores de estas webs de P2P.
En el ámbito personal, probablemente poco. Los usuarios que quieran descargarse archivos seguramente encontraran otros caminos para hacerlo, aunque evidentemente tendrán más dificultades para hacerlo.
En el ámbito de la empresa, tampoco creo que suponga un cambio importante, a pesar de que seguramente los que quieran descargar archivos tendrán mayores dificultades para ello. Hay muchos trabajadores que en su tiempo libre se descargan contendidos desde programas de P2P como Emule y seguramente seguiran haciéndolo a menos que la empresa tome medidas como la instalación de un software de filtrado de contenidos como el webfilter de Barracuda.
En resumen, toda esta polémica no acaba de encontrar una solución con la que todos esten medianamente contentos, probablemente porque las posiciones son demasiado alejadas y no se buscan puntos en común.
Yo lo tengo claro. ¿Los derechos de autor deben preservarse? Por supuesto que sí. ¿A cualquier precio, sin tener en cuenta los derechos personales, sin encontrar un camino común y sin cambiar las perspectivas de un negocio que muchos se niegan a transformar? A mí personalmente me parece que no.