Algunos aspectos sobre la Guerra Civil Libanesa (1975-1990)

Publicado el 01 octubre 2015 por Debarbasyboinas @DeBarbasYBoinas

La realidad libanesa interna durante el conflicto (distinción étnica y religiosa)

A día de hoy, el Estado libanés reconoce hasta 18 confesiones religiosas diferentes. En el momento del estallido de la Guerra Civil Libanesa de 1975, la mayoría de ellas ya se encontraban presentes y se agrupaban bajo los paraguas del cristianismo o del Islam (salvo en el caso de los judíos, muy minoritarios en el Líbano, y con dudas en el caso de los drusos).

En el mundo cristiano estaban reconocidas hasta 11 confesionalidades distintas (“Maronita, griega ortodoxa, griega católica-melkita, comunidad armenia-gregoriana ortodoxa, la armenia católica, la sirio católica, la sirio ortodoxa, la asiria caldea nestoriana, la comunidad caldea, la comunidad latina, la comunidad evangélica”), destacando por su importancia política, económica y social los maronitas (católicos), si bien las diferentes Iglesias ortodoxas tenían su importancia en algunas zonas. En el mundo musulmán, básicamente nos encontramos con los suníes y los chiíes (si bien con algunas tendencias internas), siendo los suníes mayoritarios, si bien con divisiones internas, como la del salafismo.

Mención aparte hay que hacer de los palestinos, por ser musulmanes, pero extranjeros en el Líbano, que fueron capaces de tener un papel determinante en la política libanesa. En cuanto a los drusos, si bien ellos mismos no se consideran musulmanes, muchos aún los consideran como una rama más dentro del mundo islámico. En este trabajo, serán considerados como una confesión diferente, sobre todo por la complejidad de sus creencias, por las cuales pueden ser distintos de los musulmanes.

Análisis de las organizaciones y colectivos de cada bando

Dentro del contexto bélico, se debe hacer mención a la composición social y política de los dos bandos. Esto es muy complejo, y las organizaciones case nunca representan a las religiones de su facción, sino solamente una postura política, con una ideología y unos objetivos, que pueden ser, además, distintos de ellas, e incluso contradictorios. De esta manera, la cuestión religiosa no fue un motivo realmente decisivo a la hora de conformar estos bandos, sino que más bien se atendía a intereses y proyectos de carácter político. Pese a todo, fue la confesionalidad el elemento que realmente los diferenciaba.

En el bando cristiano, también denominado Frente Libanés, tenemos que diferenciar a los católicos (básicamente los maronitas) de las diferentes confesiones ortodoxas, y otras más minoritarias, como las monofisitas. En el mundo maronita, hay que destacar a la Falange Libanesa (también conocida como Kataeb), y a su brazo armado, Fuerza Libanesa. La Falange era un partido político de inspiración fascista, que siempre se opuso a la entrada de los palestinos en el sur del país, y fue un claro aliado de Israel. De hecho, la invasión en el año 1982 por parte de Israel posibilitó que su líder, Bashir Gemayel, fuese proclamado presidente, si bien sería asesinado días antes de tomar posesión. A partir de este momento, Fuerzas Libanesas destacaría como grupo paramilitar, actuando en las zonas donde había campos de concentración palestinos y asesinando a varios cientos de refugiados. La otra gran organización del cristianismo libanés fue el Partido Nacional Liberal, partido de centroderecha que dominaba el panorama político e institucional justo antes de la guerra civil. Tenía su propio brazo armado, los “Tigres”. Durante la Guerra Civil, se alió con Kataeb y otros partidos de mayoría cristiana, tanto a nivel político como armado.

En el bando musulmán, denominado también Movimiento Nacional, predominaban las dos principales confesiones dentro del Islam: los sunitas y los chiitas. En el caso de los sunitas, su principal organización política era la Jamaa Islamiya (Asociación Islámica), considerada como la representante de los Hermanos Musulmanes en Líbano. Estaban presentes en todo el país, destacando fundamentalmente en las ciudades de Beirut, Trípoli y Sidón. Esto fue así, en parte, porque fueron la primera organización islámica reconocida por el estado del Líbano, por lo que consiguieron tener más tiempo y legitimidad para poder expandirse. Si bien la extracción social de los miembros de esta organización era, en un principio, de clase baja, con el tiempo fue configurando una base social amplia y muy variada en cuanto a grupos sociales se refiere. Además de realizar una labor social importante, en la Guerra Civil de 1975 fue capaz de crear su propia milicia, al-Farj. En el medio del conflicto, en el año 1982, esta organización sufrió una gran escisión, con la creación del grupo Harakat al Tawid al Islami, que fue capaz de debilitar a Jamaa Islamiya como organización. Tenían mucha influencia a nivel institucional, sobre todo en escuelas y universidades, la base de sus redes clientelares. Eran claros opositores a Israel y a su injerencia en el Líbano en la Guerra Civil.

Sin embargo, dentro de los sunitas, también tenemos que hablar de una de sus divisiones internas, el salafismo, corriente rigorista (pero no violenta (algo aplicable a la mayoría del salafismo, pero también existen minoritarias organizaciones salafistas yihadistas, sobre todo en las zonas de los campos de concentración palestinos), a pesar de que no reconocen la autoridad del Estado, solamente la de la sharia) que actuaba fuera de Jamma Islamiya, si bien no se pueden considerar una organización como tal, sino mas bien como un movimiento como concepto general, pues a nivel legal se encontraban principalmente detrás de organizaciones de caridad o beneficencia, que también constituían la base de sus redes clientelares. Tenían mayor presencia a nivel local en la zona norte del país, si bien tenían una gran consideración moral por parte de los sunitas en general. Recibían fondos económicos sobre todo de Arabia Saudí y de los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait.

Por parte de los chiitas, la organización por excelencia fue Hezbolá (Partido de Dios), si bien también hay que mirar sus orígenes para ver a la organización original de la que surgió Hezbolá, Amal. Esta organización suponía la plasmación política de las doctrinas religiosas, sociales y reivindicativas del líder religioso Musa Sadr. Amal se creó con el inicio de la guerra a cargo de este personaje. Pero cuando Sadr fallece en el año 1978, el movimiento dejó de tener el carácter religioso y reivindicativo originario, y se transformó en una organización puramente política. En ese momento, una agrupación de líderes religiosos que hasta ese momento estuvieron en Amal, decidieron escindirse de esta organización, para, finalmente, crear Hezbolá, un movimiento antisistema, que contaba con un brazo armado importante, y que tenía la pretensión de volver al movimiento religioso e reivindicativo pregonado por Musa Sadr. La composición social de Hezbolá contenía a mucha gente de las clases bajas, si bien había un contingente importante de intelectuales, formados sobre todo en Teología en Iraq o en Irán (en el programa ideológico de Hezbolá de 1985 se declaraba la obediencia total al ayatolá Jomeini y la defensa de sus ideas), que ocuparon la mayor parte de los puestos jerárquicos de la organización. Contaba con un apoyo social muy importante en el Líbano, siendo una de las organizaciones más conocidas y con mayor capacidad de influencia (muchos políticos libaneses pasaron algún momento de su carrera política en Hezbolá), gracias, en parte, a su aparato de comunicación y propaganda, probablemente el más efectivo de todas las organizaciones existentes en el Líbano (y que además suponía una importante fuente de ingresos), e incluso influyendo de manera muy decisiva en sindicatos de trabajadores. Además, su aparato militar y de inteligencia en algunas zonas era mucho más efectivo que el del propio Estado. Irán y Siria eran los principales aliados de Hezbolá, tanto a nivel económico como en la venta de armas a su brazo armado. En el juego de alianzas que se produce en el Líbano, Hezbolá jugó un papel determinante, si bien las alianzas que consiguió fueron para casos y momentos puntuales. De esta manera, Hezbolá fue capaz de aliarse con algunos líderes maronitas, con Amal, y con organizaciones otras confesiones dentro del Islam (incluidos los sunitas).

También se debe mencionar a los palestinos y a la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), que formaban parte de una alianza de varios partidos de izquierdas, entre los cuales destacan el Partido Comunista Libanés, el Partido Baaz, de carácter árabe, laico y socialista, y el líder de la coalición, el Partido Socialista Progresista, liderado por Kamal Jumblatt y, después, por su hijo, Walid Jumblatt, y que era la principal organización política representativa de los drusos. En el espectro político, se podría situar a este partido como próximo a la socialdemocracia, y con claras simpatías hacia la causa palestina.

Acciones durante el transcurso de la guerra

Naturalmente, narrar todas las acciones sucedidas en el marco de una guerra que dura 15 años sería demasiado largo para un trabajo de estas características, por lo que la siguiente descripción se referirá solamente a una serie de elementos que pueden ayudar a comprender mejor la naturaleza de la guerra, y que van vinculadas a las relaciones entre los dos bandos.

Desde poco tiempo después del inicio de la guerra, el país se dividió entre las facciones controladas por el Frente Libanés y las tomadas por el Movimiento Nacional. A grosso modo, podría decirse que los primeros ocupaban el norte del país, y los segundos, el sur. La capital, Beirut, quedó dividida entre el este cristiano y el oeste musulmán, y en los territorios más meridionales se estableció la mayor parte de la OLP de cara a realizar ataques contra Israel.

Sin embargo, la división fue mucho más que política. En estos años, la población emigró masivamente dentro de las fronteras nacionales, buscando nuevos asentamientos. Esto provocó que el país quedase dividido entre zonas de población musulmana y zonas de población cristiana, tanto a nivel regional como local. La causa principal de esto fue el miedo a la represión ejercida por las milicias de cada uno de los bandos, como era el caso de los falangistas, que establecían controles en las carreteras y asesinaban a aquellos que no pertenecían a su confesionalidad. Por lo tanto, la cuestión religiosa no estaba ausente en el marco de la Guerra Civil Libanesa, y de hecho llegó a provocar importantes sucesos, tanto a nivel bélico como a nivel civil.

Durante este tiempo, el Papa y diversas autoridades religiosas musulmanas rechazaron públicamente las acciones violentas que se estaban llevando a cabo en el país, haciendo llamamientos al cese de las hostilidades y a la reconciliación. Sin embargo, estos llamamientos sirvieron de poco, lo cual es un indicador de que, pese a la presencia de factores religiosos en el conflicto, éstos no eran los principales causantes de la guerra y, por lo tanto, la superación de estos factores poco podría ayudar a finalizar aquella situación.

Simón de Eiré

Bibliografía

-Goenaga Sánchez, A.: “Líbano y el triunfo islamista en un mundo multiconfesional”, en El Islam político en el Mediterráneo: radiografía de una evolución, pp. 85-120, CIDOB, Barcelona, 2013, enlace en: http://www.cidob.org/en/content/download/35685/571311/file/34-EL+ISLAM+POL%C3%8DTICO+EN+EL+MEDITERR%C3%81NEO+RADIOGRAF%C3%8DA+DE+UNA+EVOLUCI%C3%93N.pdf#page=85

-García Campello, A.M.: “El estado político del Líbano”, en García Campello, A.M.: Historias del Líbano: la invención de un Estado, cuarta parte, capítulo IX, pp. 443-469, Universitat de Barcelona, Barcelona, 2005, enlace en: http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/1988/05.AGC_PARTE_4.pdf;jsessionid=97642BF7ACE11B045B2B97AF23A5657A.tdx2?sequence=6

-http://historiadeisrael.galeon.com/guerra_de_libano.htm

-http://www.rebelion.org/noticia.php?id=88767

-http://www.arbil.org/106li12.htm