Tras la licencia para dispensar sin receta, las compañías pasaron de vender unos 56.000 comprimidos en el último trimestre de 2008 a distribuir 180.000 en el mismo periodo del año siguiente. Como cada pastilla cuesta 20 euros, resulta que los ingresos de los laboratorios pasaron de 1,12 millones de euros a finales de 2008 a los 3,6 millones sólo un año después.
Y mientras tanto algunos se ufanan de que el aborto ha crecido menos que en años anteriores. Esto sencillamente resulta patético, pues un crecimiento del 1,3% no es nada despreciable, sobre todo si se tiene en cuenta la baja natalidad en España. Pero no No es la ley quien modera el crecimiento de los abortos clínicos, sino la “píldora del día siguiente”, que, según el momento en que se utilice, si el óvulo ya está fecundado, es un aborto químico.