Un efecto de la Primavera Árabe en Egipto ha sido multiplicar la ablación en niñas, recomendada por la doctora Amina Kamal, asesora del presidente Morsi sobre Asuntos de la Mujer, al afirmar a Tahir News que “una mujer no circuncidada demuestra falta de fe”.
La señora Kamal quiere que con la ablación se extirpe la libido, el placer y el deseo femeninos. Y a la mutilación le llama circuncisión para homologarla a la masculina que, al contrario, facilita las relaciones sexuales.
Y aquí aparece sorpresivamente el caso de Olvido Hormigos, concejal socialista de Los Yébenes, Toledo, que le envió a un amigo, no a su marido, imágenes masturbándose, y que ya utilizan numerosos imanes salafistas para justificar la necesidad de la ablación.
El vídeo, que su receptor difundió por internet, le sirve a las redes salafistas y yihadistas para demostrar “la infidelidad y la perversión a la que llega la mujer con clítoris”.
Como las imágenes son reales se consideran útiles para estimular espiritualmente a los creyentes.
El imaginario de muchas tribus nómadas africanas y árabes preislámicas mantiene que cuando los hombres salen con las caravanas sus mujeres inactivas se entregan a los placeres en casa, sean solitarios, entre ellas en algún harén, o con criados/esclavos.
Para evitarlo se estableció la ablación, costumbre continuada por buena parte del islam, que se practica en numerosas niñas musulmanas en Europa haciendo eunucos a los servidores/esclavos.
Privando a las mujeres de tentaciones, incluso practicando la radical infibulación, con ablación y extirpación de los labios vaginales, queda garantizada la castidad de las esposas.
El acto de Olvido, manipulado por fanáticos, torna la Alianza de Civilizaciones en Alianza de Ablaciones para justificar la mutilación femenina.
Se explota un acto individual y solitario igual que una película o unas caricaturas sobre Mahoma se utilizan para asesinar masivamente.
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SALAS