El toque de humor de Mingote resta dramatismo a la viñeta, que refleja la realidad de la mujer en numerosos países árabes, con los que negociamos la dichosa Alianza de Civilizaciones zapateril. He tenido ocasión de ver personalmente los “burkas” ocultando celosamente los cuerpos de las mujeres, rodeadas de lujo y cubiertas hasta la cabeza, apenas dejando ver los ojos a través de una fina redecilla, como parte de una sociedad que defiende la desigualdad entre los sexos de forma explícita. Las religiones, todas las religiones, deberían no formar parte del ideario constitucional o político que sustenta un determinado país, así lo reconoce nuestra Carta Magna y mientras determinados grupos pseudoprogresistas se dedican a perseguir una confesión en concreto, otros defienden creencias minoritarias bastante más peligrosas. Las repúblicas islámicas son ejemplo de lo que puede ser un país, es decir, un conjunto de ciudadanos regidos desde una perspectiva religiosa o de fe, en vez de un sistema democrático de libertades. Las mujeres musulmanas pueden utilizar el burka en este país, pero las españolas no lucirán jamás bikini en estas naciones totalitarias. Entender la diferencia entre ambas situaciones debería resultar fácil a la mayoría de los políticos, pero Zapatero precisaría una segunda explicación. La Alianza de Civilizaciones es un fracaso propio de un delegado de curso en bachillerato, que hemos pagado todos los españoles; esperemos tener mejor idea en las urnas en próximas convocatorias, por el bien de todos, hasta de quienes se ven obligados a la utilización del burka.