Revista Opinión

Alicia, entre la muerte y la necesidad de subsistir

Publicado el 25 septiembre 2020 por Piedraonline

Tuvo que esquilar las chivas que le mató el último temporal de nieve.

La escena lo dice todo. Lo muestra todo. Y la pena, el cansancio y la resignación, duelen, pero se superan. Porque es así. Porque la vida en el campo es diferente. Es muy difícil. No hay tiempo para lamentos, ni lástima.

Alicia, entre la muerte y la necesidad de subsistir

Alicia lo sabe mejor que nadie. Nacida y criada en medio del frío riguroso y extremo de los campos del sur rionegrino, ha pasado de todo. Con su familia. Conoce de épocas de 'vacas flacas' y también de las otras.

No en plan de lucha, de ser una 'heroína' en medio de la nada, sino de trabajo. La vida de los que viven la trashumancia. Porque es la realidad cotidiana. La de ella, la de su marido, su familia, y de los miles y miles de crianceros que pueblan los campos de la Patagonia.

Alicia tiene 53 años y vive en un campo de Mencué, en la Línea Sur rionegrina. Y este año, el temporal de nieve, dejó huellas que su memoria guardarán para siempre.

Alicia, entre la muerte y la necesidad de subsistir

La hija de Alicia tomó las fotografías para registrar el trabajo de su madre y que se conozca. Y allí aparece ella, menuda, curtida por el trabajo, pero fuerte. Codo a codo con los rastros más palpables del último temporal de nieve que trajo cuantiosas pérdidas y dejo solo mortandad a su paso.

Con la cruda realidad entre sus manos: esquilando las más de 50 chivas muertas, muchas de ellas preñadas, que sucumbieron ante la nieve y el viento helado, contó Rodrigo Laciar, otro de sus hijos.

Hace apenas unas semanas, luego de que las inclemencias del sur extremo menguaran, ella decidió salir al campo para tratar de salvar lo que podía. Vio y pudo, al fin, contar lo que la nieve le arrebató: más de 50 chivas de un total cercano a las 200 que poseen, murieron. Para su familia, una "pérdida enorme".

Alicia, entre la muerte y la necesidad de subsistir

Así que 'hizo de tripas corazón" y esquiló a los animales. El fin: tratar de comercializar el pelo.

"Mi mamá esquilando sus chivas, las que le mató la nevada para recuperar el pelo aunque sea. Qué tristeza ver estas cosas, cuántas pérdidas, justo se vino el temporal y no alcanzaron a tropear para la invernada y ni siquiera tenían forrajes para alimentar", lamentaron sus hijos.

Alicia y 'don Laciar' son de un paraje cercano a Mencué y viven de la crianza. Mencué es un pequeño pueblito del Departamento El Cuy. En lengua mapuche Mencué parece rendir homenaje a la fortaleza de sus pobladores, significa 'llevar algo al hombro'.

"Ellos toda la vida vivieron en el campo, la nevada los agarró en la parte más alta, van a la zona de Laguna Blanca, todo el año hacen las veranadas, las invernadas, arrean los animales para conseguir pasturas", para subsistir.

"Mi mamá estaba muy mal, todo cuesta un montón, por lo que me contó nunca le tocó vivir algo así, algo parecido alguna vez pasó con una tormenta, pero no así. Se le murieron muchas chivas y nadie se acercó para ofrecer ayuda", lamentó Rodrigo.

La nieve los sorprendió luchando para arrear los animales en agosto, en general se suele hacer un tiempo antes, agregó.

La nevada extraordinaria dejó campos bajo más de un metro de nieve e hizo estragos en las majadas.


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