Alicia, We Need To Talk

Publicado el 21 enero 2016 por Dro @Drolope
Alicia Florrick ha evolucionado muchísimo desde el comienzo de la serie The Good Wife y nosotros lo hemos hecho con ella, más concretamente, nuestra relación con la protagonista. Hoy vengo hablaros de cómo Alicia y yo estamos a punto del divorcio. Aviso que este artículo contiene spoilers hasta el 7x12, Tracks.
La buena esposa empezó siendo Santa Alicia tras ser elevada a los cielos no sólo por Eli Gold como método de marketing de la campaña de su marido, sino también por la misma sociedad. Alicia era la nueva Hillary Clinton, el caso más sonado de infidelidad en la política y que encumbró a Mónica Lewinsky como la interna más multitarea de la Casa Blanca. Ella encajó el golpe como pudo y lo hice con ella. La serie te posiciona en un primer momento a su favor acompañándola por el duro trago que es enterarte de que tu marido es un corrupto y un putero, alguien a quien no querrías verle más la cara pero que, al final, le echas una mano para salir del bache y poder continuar con tu vida. Apoyé Alicia, no aguanté a Cary – quién me diría más tarde que terminaría de putifan suya –, y quise que ganara hasta el último caso, que les diera a todos con un canto en los dientes. La Florrick se hizo fuerte en la adversidad y yo seguí a su lado, surcando los diferentes mares que se le presentaban sin dudarlo ni un segundo. Me gustaba la Alicia que se reía a carcajada limpia con alguna tontería que sacaban los periodistas, como la mancha con forma de Brasil en el pene de Peter, o que estaba tan agotada a primera hora de la mañana que ya quería un vaso de vino. Eran buenos tiempos y yo los disfrutaba – lo sigo haciendo al ver aquellas temporadas –. Después, Alicia se vio tentada a probar suerte en otros territorios, el suyo propio, con el que fue su enemigo y luego llegó a ser todo lo contrario, un socio y un amigo. Se enfrentó a los que la habían acogido, se enfrentó al amor de su vida, y yo seguí ahí, viendo cómo Alicia había pasado de ser la víctima a ser el verdugo, a la tigresa que no teme a nada ni nadie. “Vamos a por vosotros. Nos quedaremos a todos vuestros clientes. ¿Y sabéis qué tendréis? Unas bonitas oficinas vacías”, soltó aquella mujer rabiosa pero deseosa de comer el mundo. Pero todo ese afán desapareció cuando perdió a Will, el amor de su vida, y yo lloré con ella. No me lo pude creer, como muchos de vosotros. Después, todo se fue torciendo.
Alicia tomó una decisión que, en un principio, preví que podía ser interesante pero, realmente, mi corazón no iba por ese camino. Se presentaba a Fiscal del Estado y siempre me pregunté el porqué de tal decisión. Jamás la he visto como política; creo que esa parte hay que dejársela a Peter y, no porque sea hombre – como incluso achacó ella a sus socios, Diane y Cary, cuando le preguntaron por la verdadera razón de su candidatura –, sino porque nunca había mostrado interés por ello. “Peter es el político, no yo”, ha llegado a decir en decenas de ocasiones. Entonces, ¿por qué, Alicia? Nuestra relación se iba resquebrajando poco a poco. No entendí por qué tanto afán, no vi la campaña como algo vibrante o interesante– culpé a su rival, quien no daba juego –, y sus asesores de campaña no supieron cómo manejarla. ¡Ni siquiera ella se encontraba cómoda ante tal situación! Tengo que confesar que me alegré enormemente cuando, después de ganar las elecciones, perdió el puesto de fiscal. No sentí ninguna pena por ella porque era básicamente lo que quería: que aquel infierno se acabase cuanto antes. Ya después de presenciar tal fracaso, celebré que ahora pudiesen explorar la idea que nos habían vendido al final de la quinta temporada: Florrick, Agos & Lockhart. Estaba ansiosa por ver a tres grandes profesionales moverse juntos en los tribunales, no dejar títere con cabeza. Pero tampoco pudo ser: R.D. se puso entremedias y vetó a Alicia a pesar de la negativa por parte de Diane y Cary. Siempre he pensado que Alicia debería haber luchado por lo que era suyo; ese bufete lo construyó junto a Agos pasando momentos terriblemente malos. Pero, in my opinion, creo que se dejó vencer y prefirió volar libre.
Nuestra relación se fue yendo un poco más a pique. Nunca entendí por qué otro bufete, por qué la solución a todo es plagar Chicago con miles de bufetes que, antes o después van a morir. Es absurdo. Igual de absurda que me parece la actitud que está teniendo Alicia Florrick últimamente. Entiendo que juegue a dos bandas en cuanto a los casos jurídicos, entiendo que quiera mantenerse a flote por sí misma, no involucrarse demasiado con la campaña de Peter, pero tiene ciertas actitudes que no me gustan un pelo. Una de las menos “malas” es que deje pasar oportunidades con Jason. Muchos queremos que se enrollen, la química está ahí pero, si tan liberada te sientes por tu nueva vida profesional, ¿por qué llevar esa libertad a la vida personal? Tiene un acuerdo con su marido que, no lo olvidemos, se acostó con Ramona la temporada pasada. Alicia tiene que vivir por sí misma aunque delante de las cámaras sea la “mejor esposa del planeta”. PERO NO, Alicia vuelve a acostarse con Peter pero, ¿por qué exactamente? ¿Para que den una imagen de matrimonio perfecto? No hace falta el sexo para eso. Uno de los comportamientos que más me chirrió fue ante la confesión de Eli. Primero de todo, no entiendo el porqué sacar esto AHORA. Me parece sacado de contexto. Gold no iba a arreglar nada confesándose sino todo lo contrario, y eso debería haberlo visto. Pero, centrándonos en Alicia, me pareció exageradísima su reacción. Es más, me dio risa, no pena. Apoyaba a Willicia, los quería juntos, pero creo que si he podido superar a Will – a veces lo echo de menos –, Alicia también. Estaba saliendo de ese pozo. Y luego esa actitud pasota, demasiado relajada que parece que estaba drogada en el autobús, me parece tan anticlimático, no viene muy al caso. Echo de menos a la Florrick que, después de un navajazo por parte de la realidad, se levantaba, se sacudía el polvo de las rodillas e iba a por todas. ¿Dónde se ha quedado esa mujer? ¿Por qué no vuelve? Por otra parte, otro de esos comportamientos que tanto está afectando a mi relación con ella es la disputa que mantiene con Eli Gold. Comprendo a la perfección que esté dolida, comprendo que no quiera hablar con él pero, si te dice que quiere mantener una conversación de negocios, debería haber sido profesional y haber hablado con él. ¿Cuántas veces hemos tenido que tratar con gente que no aguantamos por dimes y diretes, hemos tragado saliva y lo hemos hecho? Alicia Florrick no debería ser menos. Y pienso, además, que no debería trasladar la actitud que tiene con él, fría, distante y de zorra total, a su hija, Marissa, quien no tiene nada que ver en tal situación. ¡Basta ya de compórtate como una niña malcriada, déspota y superior al resto, Alicia! Se acabó tratar mal a las personas que te han ayudado, apoyado y acompañado durante tanto tiempo en tu vida. Luego se da cuenta de que no tiene amigos. ¿Pero te has parado a pensar por qué no los tienes? ¡Porque no los cuidas!
Al ver el último episodio, Tracks, he llorado de la impotencia y de la frustración que siento al ver que Alicia está tomando una serie de decisiones tan equivocadas a mi parecer que me encuentro sorprendida por ello. Después de ver que el bufete se hunde, que no tienen casi clientes, que hacen malabares con las cuentas, ¿te atreves a plantarle un no rotundo a Cary? ¿Por qué no lo hablas con Lucca, tu socia, antes de tomar cualquier tipo de decisión? Alicia no se ha enterado que tiene una compañera de batallas con la que tiene que contar. ¿Por qué decirle que no a Cary si no sabes lo que tiene planeado? Porque no me creo que esa proposición vaya sin un plan al lado. Estoy frustrada porque me encantaría ver a Alicia brillar de nuevo en los juzgados, comerse el parqué de los suelos por defender a sus clientes; porque no quiero que sea un títere y sé que, en Lockhart, Agos & Lee, si se pone firme, nadie podrá domarla; porque Alicia no fue así en un principio y, aunque me gusta que los personajes evolucionen, quiero que lo hagan con cabeza, con lógica. Tengo impotencia porque pienso que se podría hacer mejor, porque hay acciones y decisiones que no tienen ni pies de cabeza. Mi relación con Alicia Florrick pende de un hilo y el vaso está casi a rebosar. No puedo estar impasible o mirar hacia otro lado con lo que están haciendo con este personaje – y no es el único –. Me encanta esta serie, es mi favorita, me inspira. La vivo cada vez que veo un episodio y no quiero pasarme ninguno más cabreada con personajes que he querido tanto.
Es una pena, Alicia, pero estoy a punto de firmar los papeles del divorcio. David Lee me representará. Prepárate.

Irene (@MissSkarsgard)