Por Rocco Carbone
La semana pasada el presidente Milei firmó un decreto con el que dispuso aumentos del 48% para el personal jerárquico del Poder Ejecutivo, incluidos presidente, vicepresidente y ministros. El aumento del 48% contradice la prédica de la usteridad. El “no hay plata” es menos para las clases que gobiernan que para las trabajadoras. En esa contradicción ya tenemos un rasgo de fascistidad. En varias ocasiones sostuvimos que el fascismo es un poder contradictorio, que dice sí y no al mismo tiempo. El fascismo es un poder que implica una interacción entre dos o más sujetos que se enlazan a través de mensajes y conductas que simultáneamente se excluyen. Cuando la noticia del aumento del 48% trascendió el presidente no tuvo mejor idea que culpar a la ex presidenta y amenazarla con quitarle la jubilación que cobra como exmandataria para asignarle una pensión mínima.
Me parece que es necesario comentar esta oración de los Redonditos: “Alien Duce el pequeño gran matón de la Internet”, porque hace a las reflexiones sobre el fascismo. Primero lo primero: pequeño gran matón de la Internet. La figura retórica que define el discurso fascista es el oxímoron, que consiste en juntar dos términos que entre sí chocan. Pequeño gran matón es un oxímoron. Luego: Alien Duce. Un alien es un ser ajeno al planeta Tierra, un extraterrestre, un alienígena. Pero más importante es la palabra Duce. Duce viene del latín dux, que quiere decir condottiero, alguien que lidera, que dirige. En el Imperio Romano era un título que recibían los gobernadores y los generales que habían realizado alguna hazaña gloriosa. Con Diocleciano, por ejemplo, dux se convirtió en el título oficial del comandante militar de las provincias: dux limitis provinciae, era el título exacto en latín. Dux, en tanto título, se mantuvo también en el Imperio bizantino, para los comandantes de provincias y, luego, para los gobernadores súbditos. Entre fines del siglo XIX y principio del XX, la palabra duce se empleaba en los movimientos del sindicalismo revolucionario. La asumían quienes ocupaban cargos directivos en las organizaciones obreras. Luego de la marcha sobre Roma, la palabra duce, en esa acepción de condottiere, se le atribuyó a Mussolini en tanto líder del movimiento fascista. La atribución tomó valor jurídico-constitucional a partir de 1938, cuando Mussolini fue designado oficialmente como “jefe del gobierno y duce del fascismo”.
El duce por otra parte es un personaje erecto, individualista, que no se inclina ante nadie. Vimos esa condición erecta, individualista, del presidente Milei escenificada en el Congreso de la Nación cuando inauguró las sesiones ordinarias. De hecho, habló desde un atril. En la filosofía platónica, el individualismo se configura como homo erectus (del latín: hombre erecto, de pie). En Platón, insisto, el homo erectus es una persona que abandona la caverna, donde estaba encerrado, abandona una posición incómoda a la que lo obligaba la caverna, y se levanta, se encamina con paso seguro y (e)recto hacia la virtud. Podemos decir que el modelo teórico de Platón es “vertical”. Es esto: excluye desviaciones, o mejor, inclinaciones. Inclinarse hacia otrxs es un modo corporal que en realidad crea vínculos solidarios y menos individualizantes. Esas inclinaciones, para los individuos autónomos -individualistas-, que hablan desde atriles, son “peligrosas”, porque aluden a conductas desviadas y a la disponibilidad de cuidados y actos solidarios hacia otrxs. Por eso habló desde detrás de un atril: para enfatizar que es alguien que manda y que no se inclina ante nadie: un alien duce.
Un poder erecto, que no se inclina ante nadie, no puede escuchar los argumentos de otrxs. De esto desciende que gobierna como si fuera un algoritmo. Existen reglas elementales del buen proceder humano, la educación, la gentileza, la cortesía, mantener relaciones cordiales con lxs demás, incluso cuando son nuestrxs antagonistas. Nada de todo esto tiene sentido para el presidente. No puede actuar siguiendo esas reglas elementales. Articula su “superioridad” insultando a lxs demás. Parece que no se siente pagado de sí mismo si no se desfoga violentamente contra lxs demás. Ha convertido la mala educación en recurso. Ha convertido la falta de respeto a personas e instituciones que cuentan con el respeto de lxs demás en otro recurso. No queremos eso.