1. El interés por vender “leche de…” No voy a entrar en consideraciones veganas del tipo “somos la única especie que sigue tomando leche tras el destete” porque son temas ideológicos en los que no entro. Los respeto pero no los sigo. Aparte, como argumentación, algo floja: también somos la única especie que hace muchas otras cosas, como llevar ropa y no por eso vamos en pelotas en situaciones públicas, por poner un ejemplo). Tampoco en juzgar a nadie – en absoluto se me ocurriría – porque lo bien o lo mal que uno/a le caigan las cosas, es algo muy personal. Hay gente con intolerancias que tiene que renunciar a todos los lácteos (o el gluten, o lo que sea) y bastante tienen ya con lo suyo. De hecho, yo misma reduje el consumo de leche de vaca como os contaré después. Simplemente me planteo cómo (y cuánto) han aumentado en revistas los anuncios sobre leches vegetales y las variedad, como digo, en las baldas de grandes almacenes. Si os fijáis, muchas de las marcas productoras lo eran ya de leche de vaca con lo cual lo que han hecho – inteligentemente – es ampliar su clientela potencial.
Y sí, obviamente, cada una tiene sus propiedades y hay muchos estudios sobre ellas. Si no digo que sean malas, sólo me planteo si de verdad es tan necesario, en todos los casos renunciar a los lácteos. Porque ya no es solo leche…es mantequilla, yogur, queso, helados y todos los derivados que salen de la leche, que son muchos. Risa me da ver la nevera de algunos que toman leche de almendra y luego está a rebosar de “copas choco-nata”.
2. Ojito con los estudios y…la cantidad de porquerías que comemos luego “pero leche, no”.
Por otro lado, está lo que yo ya llamo, directamente, postureo. Me hace gracia la gente que se pasa a la leche de avena “porque es más sana” y luego come barritas dietéticas prefabricadas o se infla de zumos artificiales. ¡Chiquillo, comete una fruta! Es como hacer las dietas esas de sobrecitos y batidos… no tiene sentido.
3. Mi postura personal.
Pero sigo tomando lácteos porque me encanta el queso. Obviamente, con moderación y dentro de una dieta equilibrada…pero es que esto es lo de siempre: en alimentación, más que “esto prohibido, esto es un alimento mágico consúmelo a saco”, creo que lo hay que tener es un mínimo de juicio para...
1) escuchar a tu cuerpo y ver qué necesita y qué le sienta mal 2) tener capacidad crítica con anuncios, modas y artículos sin fundamento 3) seguir una dieta equilibrada donde, los alimentos más pesados y/o calóricos alternen con fruta, verdura y actividad física.
¿Cómo lo ves tú?
Espero que os haya resultado interesante.
¡¡BESOS!!