ALITAS DE POLLO AL VERMUT (Finger food castizo)

Por Rodrigo Rodrigo Martin Antoranz
Queridos hitchcookian@s míos. En tiempos de confinamiento la cocina se está transformando en un palacio mental o en un refugio para muchos de nosotros. Espero que mis pequeñas aportaciones al mundo gastronómico os puedan servir de alivio, inspiración o capricho, que de eso se trata: de conectar de alguna manera a través del paladar. Y aquí va un finger-food de aires castizos  como muestra. 
Os traigo unas alitas de pollo en una salsa de vermut que va a vaciar las reservas de servilletas de vuestras despensas. Yo soy un amante vermutero y sin duda mi perdición absoluta es el Vermut Zecchini, que ya forma parte de los productos de Madrid Producto Certificado, y configurar esta receta fue un desafío y un disfrute a partes iguales. No os miento si os digo que el dulzor de la miel, con el sabor característico y aromático del vermú, y toques picantes con la mostaza, hacen de este bocado un auténtico éxtasis. 
Es un plato perfecto para un aperitivo o una cena informal. La salsa es pegajosa (sticky-sticky), llena de sabor, con muchos matices y hace que la carne del pollo se deshaga como la mantequilla. Si estáis salivando ya es que estáis llamad@s a hacerla... ¡Mandiles arriba!


Ingredientes
  • 12 alitas de pollo de corral 
  • Sal y pimienta negra
Para la salsa 
  • 1 vaso de Vermut Zecchini (tú usa el que prefieras o tengas)
  • 4-5 cucharadas de miel 
  • 1-2 cucharadas de mostaza de Dijon
  • 1/2 cebolla y 1 diente de ajo
  • 2 cucharadas de salsa picante (yo usé salsa brava de otra preparación, tú puedes tirar de Tabasco, unos chiles, guindilla molida, Sriracha...)
  • 2 cucharadas de tomate concentrado (o tomate frito en su defecto)
  • 1 cucharada colmada de mantequilla
  • Sal y pimienta negra recién molida
  • Salsa Perrins / Salsa inglesa (opcional)

---------------------------------------------------------------------
Notas previas a tener en cuenta
El primer paso siempre que vayamos a trabajar con pollo es secarlo bien con papel de cocina. Así nos garantizamos que la salsa se pegue bien a la piel y quede crujiente en el horneado.
Es RECOMENDABLE marinar la carne de un día para otro (o al menos 2 horas en la nevera) para que el pollo coja todo el sabor de los ingredientes que vamos a introducir. Te sugiero que la hagas la noche antes y al día siguiente hornees las alitas. Créeme que el resultado es mucho mejor. 
Yo usé alitas pero esta receta te vale con costillas de cerdo, con muslos de pollo o pavo.
Es IMPORTANTE que uses un buen vermut (es como cocinar con vino, la calidad se nota) para que la salsa se catapulte a la estratosfera del sabor. El vermut tiene muchos matices de hierbas aromáticas y hay que jugar con eso a favor para construir esta salsa. Yo siempre Zecchini, ya se sabe. Mi néctar.
El marinado
Seca bien las alitas y ponlas en un bol amplio. Salpimenta bien y remueve. Reserva un momento.
Pon una sartén al fuego con la mantequilla (al loro que no se queme) y añade la cebolla picada y el ajo. Sofríe unos 10 minutos a fuego moderado para que se ablande bien. Añade sal en este proceso para que sude y se haga antes. 
 
En ese momento añade el tomate concentrado, la miel, la mostaza, la salsa picante y la salsa Perrins (si la vas a usar, da un buen punto y color ahumado). Cocina unos minutos para que se integre todo bien y no dejes de remover, así se disolverá la miel perfectamente. 
Es el moment de echar el vermut en la sartén. Con movimientos envolventes vamos dejando que todo se mezcle y vaya cogiendo cuerpo a fuego lento. Así unos 3-4 minutos. Con suavidad, sin prisa.
Dejamos que pierda un poco de calor y vertemos la salsa en el bol de las alitas y removemos bien. Tapamos con papel film y llevamos a la nevera durante toda la noche, si es posible.

Al día siguiente...
El horneado
Precalentamos el horno a 180-190 grados. Y colocamos en una bandeja papel sulfurizado.
Sacamos las alitas del marinado y las colocamos en la bandeja. Horneamos unos 45 minutos en total, y les damos la vuelta a mitad de camino para que sigan haciéndose y caramelizándose.

Mientras tanto echamos el resto de la marinada en un cazo y lo calentamos. NOTA: Yo añadí más vermut en este punto para darle el protagonismo que se merece en esta receta. Reducimos la salsa a fuego medio-alto. Apagamos y dejamos enfriar un poco.
Cuando estén las alitas las echamos en un bol y vertemos la salsa por encima. Mezclamos muy bien.
Servimos las alitas bien "napadas" o lacadas con la salsa de vermut y espolvoreamos un poco de queso Cabrales o Gorgonzola por encima, le da un punto brutal a este finger-food. 
Coged como un millón de servilletas y disfrutad de este pequeño gran manjar, hitchcookian@s.