Primera toma de contacto con alguna de sus aves. Sin fotografiar se quedaron entre otras los piquituertos y el picamaderos negro.
Pd: Con un poco de vergüenza por mi parte quiero dedicar esta entrada a un artista de la Naturaleza que nos ha dejado durante estos días en que yo me encontraba con mi hijo disfrutando de la magia de la vida. A Antonio Ojea (Potri) sólo lo conocí a través de las redes sociales, nos escribimos algún comentario a nuestros respectivos blogs, siempre muy entrañables, y nos unía ese amor por la Naturaleza y la vida que Antonio no perdió hasta el último día de la suya.
Mi mayor impresión fue comprobar como afrontó su pelea contra esa terrible enfermedad, con una dignidad y unas ganas por aferrarse al último resquicio de esperanza que me han conmovido hasta el punto de hacerme escribir estas simples y admiradas lineas sobre su persona. Ojalá yo pudiera transmitir a mis hijos una mínima parte de ese coraje y ganas de vivir que Potri destilaba en cada una de sus obras... y de sus actos. A la altura del quebrantahuesos ¡Y más allá! DEP