Nuevos Horizontes
Con el nuevo día asomando en el horizonte, Alejandro Tezcatlipoca se levantó temprano, lleno de energía y anticipación. Cada día, antes de dirigirse a su trabajo en las oficinas de investigación y almacenamiento de información, tenía la costumbre de tomar rutas diferentes por las calles de Nova Tenochtitlán. Para él, cada camino era una oportunidad para descubrir nuevas facetas de la ciudad y para encontrar inspiración en los lugares y las personas que encontraba en su camino.
La ciudad estaba despierta con actividad, las calles llenas de personas que se apresuraban en sus quehaceres diarios. Mientras caminaba, observó la variada arquitectura de las casas y edificios que bordeaban las calles. Las casas de la clase alta se alzaban majestuosamente, con fachadas ornamentadas y detalles intrincados que reflejaban el poder y la opulencia de sus habitantes. Techos de tejas y patios internos adornados creaban un ambiente de elegancia y sofisticación.
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