Este moderno enfoque desarrollado por Natixis con muchos analistas, doctores en matemáticas, etc., implicados en el estudio de modelos que den respuesta a una mejor diversificación de los activos, viene como consecuencia de una mayor preocupación por parte de los inversores, ya que el 65% piensa que no va a poder alcanzar sus objetivos de jubilación y más de la mitad dicen que les preocupa vivir más que sus activos.
Resumiré el recorrido que nos han hecho y me detendré en aquellos puntos que resultan más prácticos para el inversor.
En primer lugar, se pone el riesgo como punto de partida, dado que es necesario cuantificarlo y medirlo en las carteras de inversión de todo cliente. Se utilizan símiles como que los nutrientes son como las diferentes clases de activos y que los alimentos-platos son como las cestas de inversión que utilizan activos diferentes para formarse. El objetivo es conseguir una dieta equilibrada y rica que mejore nuestro bienestar y nuestra salud, de la misma manera que podríamos decir que una cartera de diferentes activos financieros busca objetivos similares en realidad, aunque hablemos de que buscamos obtener la mayor rentabilidad con el menor riesgo posible.
Seguidamente, se profundizó más en la materia y en la práctica. Mientras que antes se utilizaban carteras mixtas "a rajatabla", es decir, 40% en Renta Fija y 60% en Renta Variable, esto ha dejado de funcionar durante los últimos años y es probable que no vuelva a hacerlo, al menos en el corto plazo, por lo que se busca una mejor diversificación a través de 4 inversiones alternativas:
1. Renta Variable de Baja Volatilidad. Esta estrategia consiste en reducir la volatilidad (medida por la desviación estándar) de una cartera de acciones. Con ello se consigue aprovechar los entornos positivos de mercado -aunque se gana menos- y reducir las pérdidas que se producen en escenarios hostiles de mercado -donde se logra perder menos-. Esta estrategia puede ayudar a producir rendimientos constantes a largo plazo a unos niveles de volatilidad inferiores que los del mercado y ayuda simultáneamente a amortiguar los efectos de la inflación en una cartera.
2. Renta Fija Macro Global. Además de invertir en bonos de todo el mundo, perfeccionan la diversificación mediante múltiples vías. Por ejemplo, posicionándose cortos también -no sólo largos o alcistas-, combinando herramientas dinámicas de asignación del riesgo de liquidez y de mercado, así como utilizando herramientas de optimización y análisis para mejorar las oportunidades de un rendimiento duradero y la transparencia. La inversión en bonos convertibles, en bonos high yield (alto rendimiento) en lugar de en investment grade (grado de inversión) y la reducción de las duraciones, son algunas de las estrategias empleadas para superar el impacto de las subidas de tipos de interés, que ya hemos comenzado a notar y que en el futuro, según una mayoría de analistas y agentes de mercados, serán "el pan nuestro de cada día".
3. Mínima Varianza. Cada vez estamos oyendo más el término "smart beta" debido a las nuevas condiciones del mercado. El objetivo de esta estrategia es, mezclando conceptos de gestión activa, mejorar la eficacia de la cartera reduciendo al mismo tiempo la volatilidad. Se realizan previsiones del nivel del futuro riesgo asociado a diferentes combinaciones de acciones, integrando dicha información en el proceso de construcción de la cartera para ayudar a reducir el riesgo global de la misma. Es por tanto un proceso multi-etapas que selecciona los mejores valores dentro de un amplio universo tras haber aplicado los filtros adecuados (según criterios de liquidez, volatilidad y correlación). Por último, utiliza ponderaciones para alcanzar los objetivos de rentabilidad al tiempo que se reduce sustancialmente la volatilidad. Esta estrategia ya nos la ampliaron en detalle antes del verano en la Fundación Carlos de Amberes y en los coloquios recientemente organizados por el Grupo Vocento. Muy interesante y a tener en cuenta para perfiles que busquen suavizar las oscilaciones que habitualmente nos traen los mercados bursátiles, aunque sea a costa de ganar algo menos.
4. Gestión Flexible de la volatilidad / multi-activos. La gestión de una cartera combinando diferentes clases de activos viene como consecuencia de 3 factores que han forzado a los inversores a introducir este nuevo concepto: 1) agotamiento de las tendencias del mercado; 2) creciente interconexión entre las clases de activos; 3) los movimientos agudos del mercado han sido más frecuentes y, a menudo, han tenido más impacto. Es por ello que este estilo de gestión abarca la selección de múltiples clases de activos y de áreas geográficas, derivando en lo que se denomina "asignación flexible". Si a lo cual se le añade una gestión de la volatilidad, es cuando tenemos una "estrategia alternativa" como respuesta a la gestión del riesgo. Además, se utilizan plataformas de investigación cuantitativa, señales y modelos sofisticados para tomar decisiones de inversión que son realmente objetivos. Los gestores que siguen este estilo alternativo creen que es más eficiente explotar la volatilidad del mercado para generar valor que, invertir según las previsiones de rendimiento que algunas veces son inexactas y a menudo inestables.
Y aunque lo que voy a esquematizar a continuación no lo han explicado en detalle, sí lo han mencionado en varias ocasiones y está muy de moda, por lo que paso a extraer algunas partes del folleto recibido al final de la conferencia:
Argumentos para una tendencia de cambio secular hacia una subida de tipos de interés- después de una tendencia bajista desde los años 80-.
- Natixis espera una subida continuada de los tipos durante la próxima década o próximas dos décadas, aunque no en línea recta porque los mercados no se comportan tan pulcramente. Razones:
- Mundo desarrollando emitiendo nueva deuda para refinanciar las crecientes cargas de deuda. Los mercados podrían exigir aumentos de los tipos a medida que la sostenibilidad de la deuda se convierta en una preocupación mayor.
- Envejecimiento de las naciones desarrolladas. Los Gobiernos tendrán que seguir solicitando capital para financiar programas de atención sanitaria.
- A medida que se recupere el crecimiento, los desarrollados competirán con los emergentes, lo que podría impulsar los tipos al alza. Además, a largo plazo la inflación también puede tender al alza en la demanda de recursos naturales, llevando a tenedores de bonos a exigir más rendimiento para compensar dicho riesgo.
Los riesgos de pasar de tipos decrecientes a crecientes son:
1. Reinversión (efecto positivo). Los pagos de cupones pueden ser reinvertidos en bonos con rendimientos más elevados.
2. Opción de compra (call) (efecto positivo). Es improbable que los emisores opten por comprar bonos cuando los bonos nuevos tienen que ser emitidos con tipos de interés más elevados.
3. Duración (negativo) (efecto positivo). Los bonos de mayor calidad y a más largo plazo se ven afectados más negativamente por los cambios en los tipos de interés.
4. Financiación/Coste de capital (efecto negativo). Ambos aumentan a medida que suben los tipos de interés, obligando a las compañías a emitir menos bonos.
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Pablo del Barrio QuintanaAgente de Inversis BancoRafael Calvo, 31, Bajo, 28010 Madrid - EspañaTel.: +34 91 310 02 02pablodelbarrio@grupovisanco.comwww.pablodelbarrioquintana.esLinkedin Facebook Twitter