Nunca he sido muy partidario de todo este tipo de partidos. Si falta el aliciente de la victoria y sobra relajación en la defensa y el ataque, es dificilmente digerible para cualquier aficionado que se precie partidos amistosos o simulacros de exhibición como el referido. Así que, a nadie extrañará leer que la Pro Bowl es una estafa. Una obra teatral, una tragedia sino fuera porque todos nos la tomamos en su justa medida, es decir, como una burda comedia. La Pro Bowl es el ejemplo perfecto de cómo parecer que se juega a football tomando el pelo a todos los espectadores. Prohibido golpear al quarterback, los receptores no intentarán ganar yardas after catch, manos arriba en los placajes, prohibido rigurosamente los blitz o el press coverage, intentional grounding permitido.... permitidme la franqueza pero esto, ¿qué mierda es?.
Así que no os extrañe si las imágenes previas al evento se limitan a mostrar sonrientes jugadores recibidos con el típico collar de flores hawaiano y otros metidos en jacuzzi. Risas, cachondeo, buen tiempo, playas paradisíacas. Eso es la Pro Bowl. Vacaciones pagadas a cuenta de la organización para jugadores, técnicos y directivos. Bien por ellos.