Alonso

Por Factotum


Amo tanto a las personas como a los animales. John Fante

Hoy es un día triste. Alonso, mi gato amigo, compañero de piso, nunca mascota, protagonista incansable de mis relatos, de todos mis momentos junto a una novela y un café, motivo de alegría y camarada de soledades huérfanas, ha muerto. Llevaba días apagándose, días de clínica en clínica, de prueba en prueba. Ayer, durante mi estancia en Barcelona, me comunicaron que Alonso volvía a la vida, que tras haber agotado hace meses el cupo de siete, le habían prorrogado el número de comodines. Pero esta mañana ha dicho “hasta aquí he llegado…” Y se ha ido sin hacer ruido, igual que vivió, silente, cauteloso, hogareñamente felino.Ya se me hace raro volver a escribir sin que él ande por aquí con esos ronroneos que despertaban ternura e invocaban mis caricias. Escucho como mis dedos rozan las teclas, como mi mente bucea en los recuerdos, como el dolor empaña mi punto de mirada, como noto su presencia aún, sin tenerlo ya. Miro la luz más mortecina que nunca que desprende el flexo, pienso qué puedo escribir, qué le gustaría, qué palabras serán  las más indicadas para ayudarle, para acompañarle por esa travesía hacia nuevos tejados bañados de sol, hacia nuevas cornisas de ventanas que darán a mis sueños. Alonso...Se me hará extraño volver a escuchar mis músicas sin tenerte cerca, dormitando en la otra punta del sofá, sostenido por sueños felinos en los que persigues juegos. Se me hará extraño llevarme la taza roja de café a los labios sin notar tu mirada clavada en la mía, abonado al “yo también quiero algo que llevarme a la boca”Se me hará extraño abrir un libro, pasar las páginas sin notar tu cuerpo níveo y pesado encima, muy encima, ocultando esa nariz siempre fría bajo mi cuello. Se me hará extraño salir a la terraza a ver pasar los trenes y mirarle el culo a las estrellas sin que andes tras de mí, enroscado entre mis piernas, temeroso de las alturas.

Se me hará extraño adentrarme en la noche y no ser testigo de tus correrías nocturnas por las habitaciones.Se me hará extraño no llamarte, no encontrarte, no tenerte…Se me hará extraño empezar un relato y tener que resucitarte al tercer verbo, para que sigas siendo protagonista de mis días escritos.Así que no es de extrañar que te deje descansar aquí, junto a nuestros relatos, los que tanto me ayudaste a construir. Aquí, entre mis letras, de las que formas parte, es donde debes estar, Alonso. Descansa. La vida está llena de ausencias…