Fernando Alonso da para mucho. Hoy ha vuelto a subirse a los más alto de un podio. Casi ni recordaba esa sensación, a pesar de que este año corre con Ferrari (sí, esos coches rojos que corren mucho y son muy caros y que antes lo ganaban todo). Hoy ha sido el hombre del Gran Premio de Alemania. Y hoy sí que ha ganado por el equipo, diga lo que diga.
Porque el asturiano nos tiene acostumbrados a ganar por sus virtudes, actitudes y aptitudes al volante, y a perder por los zafios de su equipo de mecánicos e ingenieros. Pero en Alemania no, no todo el mérito es suyo.
La FIA no permite las órdenes de equipo para que un piloto adelante a otro. El pobre Barrichelo se pegó años a la sombre de Sumacher dejándole adelantar de manera vergonzosa cada vez que iba primero y el alemán se situaba justo detrás de su alerón trasero. Hoy se ha vuelto a repetir la historia.
Massa ha permitido que Alonso le arrebatara la gloria en Alemania. O, mejor dicho, a Massa le han obligado a ceder la gloria al español. Ni más ni menos porque estaba fuera de la pelea por el mundial. En Mclaren era Hamilton quien tenía el buen coche y por el que luchaba el equipo. En Renault corría poco menos que en triciclo, y ahora en Ferrari… Tiene un cochazo y debería demostrar que es el mejor piloto del campeonato (si es que lo es).
Y ya estamos cansados de excusas. Después de un partido de fútbol, un equipo ha podido ser muy superior, dar cuarenta palos y trece largueros, jugar con tres más, pero si no entra el balón en la red y el otro equipo, en una jugada aislada consigue marcar, suma tres puntos. Y tú, para casa de vacío y con cara de tonto. Hay que meter más goles que el rival. Y no sirve fijarse en el árbitro ni en la suerte, sólo en el resultado.
Y el resultado es que Alonso va quinto en la clasificación (a Massa gracias) a 34 puntos de Hamilton. Mucho tendrán que cambiar las cosas para volver a ver al asturiano mandando en la F1.
Por cierto, que Ferrari deberá pagar 100000 euros por pasarse de listos e intentar distorsionar el mundial y hacer trampas. Porque hoy Alonso ha sido un tramposo. O, para ser justos, Ferrari ha sido un tramposo. Y eso afecta a todo el equipo. A todo Fernando. ¡Vergonzoso!