Alta fidelidad

Publicado el 08 julio 2011 por Diebelz

¿Qué apareció antes?¿La música o la miseria? Se preocupan porque los niños juegan con armas o ven vídeos violentos, por si les domina una especide de cultura de la violencia...Y les da igual que escuchen miles, y digo miles, de canciones sobre el sufrimiento, rechazo, pérdida, miseria y dolor. ¿Escuchaba música pop porque estaba deprimido?¿O estaba deprimido por escuchar música pop?

Rob Gordon, en Alta Fidelidad.
Existen películas que son difíciles de reseñar o recomendar y que, sin embargo, son magníficas, esas que puedes reboninar una y otra vez sin temor a provocar mella alguna. Mi padre nunca entendió -ni entiende- la razón por la cual soy capaz de volver a ver una película más de una vez. Alta fidelidad, de Stephen Frears, es uno de esos filmes que si la echan en la tele o la encuentro entre mis cajas del recuerdo la puedo ver con el mismo entusiasmo que como si fuera la primera vez. ¿Que no lo entienden? Bueno, déjenme que me tire en el sofá, cruce las piernas y encienda un cigarrillo para demostrarles las 5 principales razones por las cuales no deberían perderse esta película cuyos diálogos y secuencias me sé casi de memoria. 
1. ¿Sabes lo difícil que es crear un cassette con las mejores canciones para cualquier momento de tu vida? ¿Le has regalado alguna vez canciones a una chica? Vaya...Pues la cuestión no es tan simple. En realidad, crear un cassette requiere horas, incluso semanas de dedicación, una metodología específica y cierto tacto.  Como bien es sabido, todas las canciones forman parte de nuestra existencia y cada uno alberga, como las células de nuestros envoltorios, una función concreta, anexa a un todo. (W. suspira del cigarro y declina la mirada) Bueno, el caso es que esta película está realizada por y para melómanos. ¡Figúrate! Rob (John Cusack), Dick (Todd Louiso) y Barry (el gran Jack Black) trabajan en una tienda de discos y  en ella hilvanan historias y conversan sobre lo que supone la música tanto para ellos como para la humanidad. (W. cabecea risueñamente) Además, se trata de nuestra generación musical (aparece The Boss) aunque el mensaje es claro: la música no entiende de franjas temporales ni de etiquetas. 

Rob (John Cusack), intentando grabar un cassette especial.

2. Muchos me dicen, "sí, Alta fidelidad. Esa comedia romántica". (W. frunce el ceño y se inclina hacia delante). ¿Comedia ro-mán-ti-ca? ¡Por favor! Hay que estar más ciego que Blind Willie Johnson para ver en esta joya del cine norteamericano una mera comedia romántica. Vale...Rob lo está pasando mal porque su novia Laura (Iben Hjejle) le ha dejado e intenta entender dicha ruptura, rebobinar toda su vida amorosa. Pero la película alberga más. No solamente recapacita sobre las relaciones humanas (a veces tan complejas), sino también sobre los anhelos, sueños, añoranzas de todos sus personajes y, además, sobre el sendero que toman en sus vidas, el lugar que algunos buscan o bien se dejan levitar hacia un futuro sin futuro, acaso sin listas de la compra o de otras cosas. Y claro, después habla de la cultura musical.

3.La complejidad humana. (W. vuelve a inhalar de su Lucky Strike mientras se achinan sus ojos y asiente). Sí, eso me gusta de la peli. Ver en cada personaje el reflejo de nuestra sociedad, de nuestro globo. Ver a la típica esnob, a la insegura, al americano medio, al tímido y tierno vendedor de Cd's, al impetuoso e incorruptible de Barry que no se deja capear por ideas fascistas, al psicótico e incansable pensador de Rob o al idiota con peste a pachuli de Ray (Tim Robbins). (W. arquea las cejas). Seamos sinceros...Cuando vean la peli me dicen si el Ray es o es un gilipollas.


4.  Desenfadado, locuaz, ameno, profundo y a la vez toda una reyerta de gracejo consante. Así podría definir Alta fidelidad, un ovillo bien hilado donde el pasado y el presente -su narración- va siempre acorde a la música del momento. Bueno, dicho de manera que se me entienda: es creíble porque, en ocasiones, nos podemos ver reflejados en Rob o en cualquier otro personaje. Y eso, a fin de cuentas, es esencial en toda obra artística. ¿No?

5. Y la quinta razón por la cual deberían ver (y volver a ver) Alta fidelidad es muy simple:¿Nunca han oído una y otra vez la misma canción?¿Cómo suena tu vida ahora y hace unos años (W. suspira un hilo de humo escondiendo su mirada y apagando con el dedo índice su cigarrillo. Se inclina hacia delante). Por estas cuestiones deberían ver una película que te incita, una vez que surgen los créditos finales, recapacitar sobre nuestra jukebox. No sé, a mí, al menos, me pasa que, de pronto, comienzo a rellenar listas y corroborar el hecho de si soy capaz de grabar una cinta o un CD (¿qué será despúes del CD? Creo que seré  incapaz de amoldarme a los nuevos tiempos...como con los libros electrónicos que aparto, magullando obscenidades). Porque, como dicho antes, grabar una cinta no es fácil. "Grabar una cinta recopilatoria requiere un arte muy sutil. Hay muchas normas y detalles. Para empezar usas la poesía de otro para expresar lo que sientes, y eso es algo delicado", decía Rob. ¿Son capaces? Yo, al menos, lo sigo intentando.


Y aquí les dejo con una -de tantas- escenas favoritas de la película.




Título: High fidelity (Alta fidelidad)
Año: 2000
País: EE.UU.
Dirección: Stephen Frears
Guión: D.V. DeVicentis, Steve Pink, John Cusack, Scott Rosenberg (Novela: Nick Hornby) Música: Howard Shore y varios. 
Fotografía: Seamus McGarvey
Reparto: Laura (Iben Hjejle), Rob (John Cusack), Dick (Todd Louiso), Barry (el gran Jack Black), Ray (Tim Robbins), Charlie Nicholson (Catherine Zeta-Jones), Liz (Joan Cusack), Marie De Salle (Lisa Bonet) Producción: Touchstones Pictures.