Revista Psicología

Alucinaciones desde adentro del cuerpo o cenestopatías

Por Lizardo

Alucinaciones desde adentro del cuerpo o cenestopatías

 A man eating himself

A diferencia de las alucinaciones visuales y auditivas donde suele discernirse con claridad la presencia de un objeto externo verificable (verbigracia, una voz que sólo escucha el alucinado y no los otros) existen alucinaciones donde la percepción anómala pero que semeja a un estímulo inexistente, no se identifica como proveniente del exterior del organismo sino desde su misma entraña.
Una descripción clásica por su riqueza es la de Dupré, correspondiente a este tipo de alucinaciones, las llamadas alucinaciones cenestopáticas (también denominadas alucinaciones viscerales):
" Los enfermos se quejan de sentir en diferentes partes del cuerpo sentimientos anormales de carácter más penoso y molesto que doloroso, cuya naturaleza insólita los desconcierta y cuya persistencia los inquieta. Se trata de sensaciones extrañas, a menudo indefinibles y descritas por los pacientes con un gran lujo de imágenes y comparaciones. Los órganos son estrechados, alargados, aplastados, inflados, desecados, dados vuelta, desplazados, modificados en su forma, en su temperatura, su peso, sus secreciones, su movilidad o su fijeza. Son mantenidos y comprimidos por pinzas, ataduras, apliques, tenazas, etc. Cuerpos extraños se interponen, gases se insinúan, corrientes circulan, vibran excitaciones, crujidos estallan, chisporroteos, etc. Se sienten estiramientos, movimientos, dislocaciones. A estas penosas sensaciones se agregan otros malestares de naturaleza más vaga y que los pacientes designan por el término de parálisis, de congestión, de anemia, de muerte, de podredumbre, de carie, de estado de trastorno, etc.  Para dar cuenta del asiento y naturaleza de sus sensaciones, los pacientes se entregan a una mímica donde domina la expresión ansiosa y gesticulante del rostro y la repetición de actitudes y gestos."
Como acotaba Ey, estas vivencias hacen de la enfermedad no sólo un objeto heterogéneo al cuerpo sino también un ser animado o monstruoso que devora el cuerpo y la salud.
Las alucinaciones son, por excelencia, uno de los síntomas psicopatológicos más difícilmente comprensibles e intuíbles por el común de personas sanas y no son excepción a ello los mismos profesionales de la salud. Suele asumirse que las alucinaciones son símiles de objetos imaginados o representados en la mente, o fantasías que el mismo alucinado fabrica y confunde o exagera, o qu eel enfermo podría desbaratar con la sola fuerza de su voluntad.
Inclusive una errónea perspectiva del fenómeno alucinatorio contribuye, como Sims señala, al pobre entendimiento de este síntoma y su estigmatización como patrimonio de la locura, de enajenación: “Existe una idea equivocada y generalizada de que  “oír voces” supone necesariamente tener alucinaciones auditivas y que esto, a su vez, supone, una enfermedad mental grave como esquizofrenia. Esta noción es simplista: las personas sanas y aquellas sin psicosis describen y no infrecuentemente el 'oír voces'.”
Existe el reto de incorporar en el conocimiento médico no especializado en psiquiatría la sensibilización hacia el problema de la alucinación, más allá del positivismo rampante 


Volver a la Portada de Logo Paperblog