Álvarez de Oviedo: “Me honra ser masón”

Publicado el 06 mayo 2015 por Habitalia
CIUDAD DE GUATEMALA-Álvarez de Oviedo recibió a Prensa Libre en su oficina, situada en el segundo piso del edificio administrativo en las instalaciones del templo de La Gran Logia de Guatemala, ubicado frente al Gimnasio del Deporte, en la zona 5 de la capital. Vestido de traje negro y corbata del mismo color, con la insignia de la masonería, el compás y la escuadra, bordada en hilo plateado, espera atento y sereno la primera pregunta.

La gente tiene la idea de que la masoneríatiene mucho dinero. ¿es cierto?

Mucha gente en el mundo piensa que la masonería tiene mucho dinero. Tal vez sea así en Estados Unidos, porque ellos hacen mucha obra social.

En Guatemala, la masonería es una institución dedicada a hacer el bien por el bien mismo, por lo que no dispone de grandes cantidades de dinero.

Es una asociación civil que sobrevive con el pago de las cuotas de todos sus miembros y de donaciones que se reciben de instituciones amigas.

Si un millonario desea ingresar al movimiento, entonces presenta su solicitud; se investigan sus calidades morales y humanas y si reúne los requisitos necesarios se le acepta, si no, aunque tenga mucho dinero, no se acepta.

Se dice también que no creen en Dios. ¿Es así?

Hay mucha desinformación de lo que es la masonería. Creemos en la Causa Primera, fundamento de la investigación científica, que es exactamente igual en todo el mundo. A esa fuerza divina no le llamamos Dios, sino Gran Arquitecto del Universo, para diferenciarlo del Dios de los romanos o de Jehová.

Una de nuestras creencias fundamentales es la inmortalidad del alma. La filosofía de los masones se basa en la independencia de la razón humana, por ello dejamos que cada uno interprete su creencia y viva su fe personal, sin imponer criterios ni dogmas. A la masonería son bienvenidos los católicos, protestantes, evangélicos, hindúes o espiritistas, pero no los ateos.

Pero juran sobre la Biblia. ¿Por qué razón?

La aceptamos y leemos los Salmos, porque en el mundo occidental es el libro que representa la fe de casi todos los países. En Israel se usa La Tora y el Antiguo Testamento; en India, los libros Vedas.

¿Son una organización secreta?

Yo diría discreta, no secreta. Si dice que tenemos palabras secretas, pero todas están en la Biblia. La diferencia es que la masonería las toma de sus tradiciones ancestrales.

La gente tiene esta idea porque existen ritos y ceremonias que solo conocen los masones, pues solo a ellos conciernen e interesan.

Son una serie de signos y palabras exclusivos del iniciado en una logia regular y los practica con otros masones para ser reconocidos por los demás hermanos en cualquier parte del mundo.

Por ejemplo, el comandante Neil Armstrong, el primer astronauta en caminar en la Luna, era masón. Al descender y colocar el primer pie en la superficie lunar lo hizo de forma similar a como los masones entran al templo, estos movimientos fueron identificados rápidamente por los iniciados, aunque la mayoría de la gente no lo notó.

¿Cuántos masones hay en nuestro país?

En Guatemala hay 700 masones, integrados en 30 logias: 16 en la capital, cuatro en Quetzaltenango y otros lugares como Mazatenango, Retalhuleu, Coatepeque, Escuintla, Puerto Barrios, Cobán y Chiquimula. En Brasil hay 350 mil masones

¿Cómo se comporta un masón?

Debe observar una conducta irreprochable, ser un hombre honrado, honesto, ser ejemplo en su comunidad, creer en la existencia de Dios y en la inmortalidad del alma.

Los masones no discuten de temas de religión ni política sectaria, aunque tengan su opinión propia, mucho menos en el templo, porque eso contribuye al fanatismo y tenemos experiencia histórica que el fanático lo único que hace es crear caos. Por el contrario todos los miembros deben tener presente que pertenecen a un movimiento de fraternidad universal

Los seres humanos no somos perfectos, sino perfectibles, podemos cometer errores y el que comete un error está sujeto a que se le juzgue, tanto a la luz de una constitución exclusiva para masones, como por estatutos legales.

Se han dado pocos casos porque los masones están claros de qué hacer y qué no hacer.

Recuerdo una ocasión en la que un hermano cometió una serie de errores y los tribunales lo condenaron a cárcel por asesinato, automáticamente se le separó en definitiva de nuestra institución porque el asesino y el ladrón no pueden pertenecer a la masonería.

¿Qué hacen con los corruptos?

La masonería da lineamientos para que los hombres se comporten adecuadamente en sus responsabilidades, cargos y desempeñen su función con honestidad.

Muchos masones han ocupado cargos públicos y otros han sido protagonistas de la historia de Guatemala. El masón por propia convicción personal tratará de no caer en errores, pero si se comprueba la falta, la institución lo llamaría a la reflexión durante una sesión interna, pero eso representaría una muerte civil y ningún hermano se expondrá a eso.

¿Por qué no hay mujeres en la masonería?

Ha sido así desde el principio. La masonería regular que sigue el rito de la logia madre de Inglaterra desde 1717, dicta que los varones y las mujeres no pueden trabajar juntos, por ello las mujeres están al lado o junto a los hombres, pero no dentro de la institución.

Por el contrario, reconocemos el valor de la mujer en la sociedad moderna, por eso existen asociaciones integradas por hermanas, esposas, hijas o amigas de masones, a las que se les orienta en esta filosofía.

La presencia femenina se refleja en el funcionamiento de centros femeninos llamados Hijas de la Acacia, en la capital, Mazatenango, Quetzaltenango, San Marcos, Huehuetenango.

Jesús Joaquín Álvarez de Oviedo, respetable y gran maestro de la masonería guatemalteca y presidente de la Muy Respetable Gran Logia de Guatemala, es abogado y doctor en Derecho por la Universidad de La Habana, Cuba.

Nació el 6 de agosto de 1925, en la localidad de Encrucijada, provincia de la Villa, Cuba.

Vino a Guatemala el 18 de octubre de 1955 y se nacionalizó guatemalteco en 1964. Está casado desde 1959 con una guatemalteca que vivía cerca del lugar en donde ahora está la Gran Logia, en el Barrio San Pedrito, de la zona 5 de la capital.

"Nos fuimos (con su esposa) a vivir a Cuba, pero el proceso revolucionario no funcionaba para mi profesión y entonces decidimos volver a Guatemala", recuerda.

El 2 de diciembre de 1940, a los 15 años de edad, ingresó a la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AGEF), de la juventud masona, en donde llegó a ocupar los cargos de Hermano Elocuente ( orador), Perfecto Guía, cargo equivalente al de presidente de la agrupación, para después ser instructor de juventudes.

La influencia de la masonería la recibió de unos tíos en Cuba, que pertenecían a la Orden y también eran Orfeos y Caballeros de la luz, grupos que no existen en nuestro país, y son muy afines a la masonería.

Ha llegado al grado 33, el último en la prep aración de la filosofía masónica. "A mí no me causa ningún problema decir que soy masón porque he tenido la honra de pertenecer a la Orden por más de medio siglo, pero otras personas prefieren mantenerlo en reserva, es su criterio personal y hay que respetarlo", dice Álvarez.

Recientemente, Álvarez coordinó la 47 reunión de la Confederación Masónica Centroamericana (Comaca), que se celebró en un hotel de la capital guatemalteca; a ella asistieron unos 200 masones de Centroamérica para compartir temas de interés común.

POR EDWIN CASTRO / Guatemala