Revista Cultura y Ocio

Álvaro Salvador puntualiza mi columna en Culturamas. Sobre la Poesía completa de Egea

Publicado el 06 mayo 2011 por Almargen
Álvaro Salvador puntualiza mi columna en Culturamas. Sobre la Poesía completa de Egea
 El pasado lunes publiqué en la revista cultural digital Culturamas.es mi columna Espejo y tinta. En ella, a la que el lector puede acceder pinchando en su título, reflexionaba sobre algunas discrepancias expresadas por el poeta y catedrático Álvaro Salvador sobre la edición del primer volumen de la Poesía completa de Javier Egea. El artículo al que yo replicaba apareció en el diario Granda Hoy y llevaba por título "Olor a espera" . Pues bien, Álvaro Salvador ha escrito un nuevo artículo puntualizando algunas afirmaciones reflejadas en mi columna. Ante la imposibilidad de que su artículo apareciera como réplica en Culturamas.es en razón de su falta de encaje en la estructura de la publicación, invité a Álvaro Salvador a replicar en mi blog. A continuación pueden leer su artículo.  
        OTRAS PUNTUALIZACIONES A MANUEL RICO 
   por Álvaro Salvador

   El señor Manuel Rico afirma en su artículo que yo no me alegro de la edición de la Poesía Completa de Javier Egea, a pesar de que comienzo mi reseña con las siguientes frases: "Se publica, a los once años de su muerte ¡ya era hora! la poesía completa de Javier Egea. Y se publica en una buena editorial con prestigio y difusión nacional. Agradecemos, pues,a la editorial Bartleby y al prologuista, director de la misma, su interés por la obra del genial poeta granadino." Y más abajo añado: "...el prólogo de Manuel Rico me parece un ejemplo de imparcialidad,rigor y saber hacer crítica literaria. No en vano, es suficientemente conocida su trayectoria como crítico de poesía en alguno de los mejores suplementos literarios que se editan en España. "   No obstante y, a pesar de afirmar que no le gusta contestar a las críticas que hacen de sus obras, Manuel Rico parece haberse sentido tan molesto con las simples "puntualizaciones" que yo hequerido hacer a su prólogo que, al final, ha acabado dedicando a su refutación casi cinco mil caracteres. El señor Rico, quizá porque yo no he sabido introducir la suficiente ironía en mis preguntas retóricas, se siente ofendido porque cree que con las mismas yo quería acusarlo de ignorancia. No era esa mi intención, mi intención era la de señalarle que no era justo que esgrimiera argumentos desde su condición de autor, olvidando la de crítico y editor. Pero si quiere que hablemos de ignorancias estaré encantado de decirle que yo no he sido incluido en ninguna de las prestigiosas y extraordinarias antologías publicadas en los últimos treinta años y en las que se recoge a los poetas de la experiencia. No tiene más que repasar esas antologías (cosa que no debió hacer con la suficiente atención cuando escribió el prólogo ni cuando escribió el artículo de respuesta) y verá que en ninguna, ninguna, ninguna, a excepción de "1917 versos", en la que también está Egea, por cierto, y la recientemente publicada sobre "La poesía de la experiencia" por Araceli Iravedra están incluidos mis poemas. Ni tampoco en la de Marta Sanz en la que sí está incluido, como él señala, Javier Egea. Así que, al menos, este aspecto, sí que lo ignora el crítico de poesía española Manuel Rico. Y sin embargo, en su introducción da la impresión de que yo he sido favorecido por la crítica y los antólogos mientras que mi compañero y amigo Javier Egea fue marginado sistemáticamente.   En relación con otras ignorancias, yo no dudo de que el señor Rico leyera con verdadera fruición y entusiasmo la difícil de encontrar (en Maillot Amarillo o Hiperión, por ejemplo) obra de Javier Egea, pero lo cierto, lo constatable, lo empíricamente demostrable, es que el crítico no se ocupa de Javier Egea hasta el año 2002.   Y finalmente, por supuesto que en Javier Egea hubo siempre una vena irracionalista, oscura, neorromántica, pero también estuvo siempre claro en él el propósito de elaborar “otra” poesía distinta, que no tuviese nada que ver con lo que él consideraba los lastres de los discursos poéticos tradicionales. Él se esforzó siempre (en ocasiones contra su porpia querencia irracionalista) por escribir una poesía que llegará sin dificultad a la mayor cantidad de lectores.   Si hay alguna persona que se alegra de la publicación de un libro que debía haberse publicado hace diez años, ese soy yo. Sin embargo, no me alegro de que se sigan perpetuando los mitos y las inexactitudes relativas a Javier Egea, a su persona, a su biografía y a su obra. Y me duele que personas consideradas por mí hasta hoy como valiosas y sensatas se dejen convencer por el discurso de la maledicencia y el rencor. La nota de los supuestos editores Hernández&Alcántara, que el señor Rico califica de respetuosa, está ahí en el libro, en la página 59, para que el que quiera y tenga ojos, la lea y juzgue.

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