Claro, desde el blog colega y muy recomendable titulado "Los Huevos y las Ideas" veníamos leyendo unos analisis criticos muy fuertes sobre el giro que va tomando el gobierno kirchnerista. La "alvearización" está en marcha, se adelantó a lo previsto, nos dice Ricardo y está en lo cierto:
fue el propio kirchnerismo el primero en hacer algo parecido al poskirchnerismo. Comenzó a ensayarse luego del triunfo del 2011: la alianza con Moyano estaba rota, CFK se acercó a la UIA (allí dio un claro discurso), se intentó algo de sintonía fina como eufemismo para un ajuste que, vale decirlo, se proyectó sobre los sectores más acomodados de los deciles superiores (¿o debíamos expropiar Techint, recrear las Juntas de Granos y Carnes y nacionalizar los súpermercados? Adscribir al capitalismo plantea límites y ni siquiera Altamira promete algún paraíso socialista). Luego de Once, y en vista de que atravesar un 2012 con recetas ortodoxas podría haber sido recesivo para los fundamentals del modelo -como actividad, empleo y consumo- se optó por cepo cambiario, congelamiento/acuerdos de precios y un retorno al kirchnerismo épico para pelear una agenda que se escurría de las manos como este campeonato a Newell's. ¿Salió bien? No. ¿Una receta ortodoxa hubiera sido preferible? No creo, pero podría haberse matizado algo intermedio, sin patinar la venta de humo con épica para alegría de Asís y su revolución imaginaria. Algo de eso se comienza a ensayar ahora, luego del veredicto de las urnas.
También es acertado el análisis comparativo donde afirma que el kirchnerismo actual se perfila más como el del pre 125 que lo que vino después. Nos tendríamos que preguntar además si es realmente lo que quiere nuestra sociedad, si la lectura de Cristina pos elecciones es la más adecuada. Sacarse el traje jacobino para ponerse el termidoriano. Está claro, por lo menos, que "es lo que hay": en tiempos políticos el 2015 puede estar cerca o lejos para formar candidato, todo depende de la coyuntura, pero parece que la jugada es "mirar para cuidar". El proyecto (a diferencia del primer peronismo) parece ir tomado de la mano de la Iglesia, el efecto Pancho fue todo un cambio de paradigma, donde las medidas progresistas vinculadas a la ampliación del derechos pueden hacerse hasta donde se pudo, ahora es el momento de calzarse el rosario y adherir al populismo eucarístico de Pancho Superstar.Voy un poquito más allá y lo relaciono con el analisis que hizo en muchas oportunidades Natanson en torno al rol de la juventud. Porque es cierto, como dice Ricardo, que se parece esto más al kirchnerismo pre125 pero hay un detalle: antes del conflicto con las entidades agrarias no habian organizaciones kirchneristas que aglomeran miles de jóvenes como ahora. Sin embargo, el dilema está en lo que decía Natanson y lo remarcaba en su libro "¿Por qué los jóvenes están volviendo a la política?" : La Cámpora ha mostrado más vocación de consumir poder que capacidad de producirlo. Natanson reconoce que una de las carencias de La Cámpora es la falta de capacidad de generar una agenda propia, y estar demasiado atado al decisionismo del kirchnerismo, cuya estructura (heredera del peronismo) es sentidamente verticalista y le da poco margen a la transgresión y creatividad juvenil. Ahora, no sólo La Cámpora, sino que las organizaciones que forman parte de UNIDOS y ORGANIZADOS (Uyo) no tendrían que tentarle la sigla ("UYO" o sea "huyo") no huirle a la importancia del momento: porque hay que ser claros: las organizaciones nuclean multitudes no porque sean precisamente peronistas sino más bien kirchneristas y, si querés, cristinistas. Su convocatoria hoy por hoy, está determinada por la carisma y la genialidad de la Presidenta. Si las organizaciones no se desperezan y empiezan a generar una agenda propia, que defienda y profundice las banderas del justicialismo y del kirchnerismo, dificil será "encuadrar" o mantener a muchos militantes que creen en Cristina pero que les parece por lo menos chocante votar a Scioli, o a Coqui que, al fin y al cabo, no jodamos, son lo mesmo más allá de todo...