Paloma torcaz
Javier Rico
Hace unos días respondimos al interés de un colegio de Algete, el CEIP Obispo Moscoso, por nuestras actividades. El primer paso es conocer el entorno del centro y diseñar una ruta por él. Como ocurre en el cien por cien de los casos, las aves siempre están ahí para sorprender y amenizar cualquier recorrido, a veces basta simplemente con alzar la vista. Todas las imágenes que veis aquí, con sus estorninos, torcaces, colirrojos, pardillos, urracas, ratoneros y gorriones, se hicieron muy cerca de este y otros colegios de esta localidad madrileña.
Nos encantó ese escorzo de la paloma torcaz de la portada, encaramada sobre las ramas de un pino. Estaba en un pequeño rodal de vegetación en el camino que sigue paralelo al cauce seco del arroyo Valderrey, tributario del arroyo de Paeque, afluente a su vez este del río Jarama. La distancia en tiempo entre el lugar en la que la vimos y las puertas del colegio Obispo Moscoso no llega a los veinte minutos, y de otro cole, el CEIP Valderrey, está a menos de diez.
Colirrojo tizón
Ligeramente más alejado, pongamos 25 y 15 minutos de uno y otro centro escolar respectivamente, estaba un colirrojo tizón más oculto entre la vegetación. Para ver a esta simpática ave de cuerpo y cola inquietos no es necesario alzar mucho la vista al cielo porque es más de andar buscando comida entre la hierba del barbecho, aunque lo mismo se sube a un tejado que a una retama, como es el caso.
Gorrión común
Ahora nos quedamos a las puertas del cole Obispo Moscoso. Allí mismo, parados, escuchando y mirando hacia arriba, en dirección a los árboles, identificamos mirlos, torcaces, tórtolas turcas, jilgueros, estorninos, urracas, petirrojos y, sí, los muy habituales y conocidos, pero que no por ello dejan de llamar la atención y ser bellos, gorriones comunes. Ahí está un macho, en lo alto de una chimenea.
Estornino negro
Va ya para cinco años que escribimos por aquí una entrada titulada Benditas antenas. Con ella reconocíamos las posibilidades que dan estas estructuras situadas en lo alto de los edificios para observar una gran variedad de aves. Como ambos centros escolares están rodeados de edificios, e incluso tendidos eléctricos, es muy habitual ver posadas en las antenas a ese amplio muestrario de especies, en este caso un estornino negro.
Urraca
Nos dio la espalda justo en el momento de tomarle la foto, pero también mirando hacia arriba captamos al córvido más habitual de las ciudades, la urraca, entre una de esas antenas. Hay que añadir que, aunque estos primeros planos no lo reflejen, casi todas las observaciones de aves que hicimos en un recorrido de escasos dos kilómetros, tenían de frente una preciosas vistas de la sierra de Guadarrama, afortunadamente algo más nevada que semanas atrás.
Pardillo común
Nos vamos ahora a otro cole. Aunque también vimos busardos ratoneros y pardillos en nuestro recorrido por el entorno del Obispo Moscoso, no conseguimos hacerles foto, cosa que sí logramos muy cerca del cementerio de Algete, a setecientos metros y diez minutos de las puertas del colegio Padre Jerónimo. Este pardillo cantaba alegre en lo alto de un plátano de sombra.
Busardo ratonero
Un poco más alejado, a una media hora como mucho del mismo cole, se encontraba esta rapaz, en este caso posada en lo alto de un álamo. Era un altivo busardo ratonero, que tuvo que aguantar, estoico, las increpaciones de una pareja de urracas a las que no les hacía mucha gracia que estuviera por allí y les pudiera quitar algunas presas.
Ya veis, todos estos “documentales de naturaleza” se ven, alzando la vista, a dos pasos de varios centros escolares de Algete y Cobeña. Y eso que no hemos contado lo que disfrutamos igualmente con milanos reales, currucas cabecinegras y capirotadas, carboneros garrapinos, verdecillos, pitos reales, perdices rojas, herrerillos comunes, pinzones vulgares… En fin, que cualquier cole permite abrir aulas al aire libre a su vera, mirar hacia arriba y ver los regalos emplumados que nos ofrece la naturaleza.
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