Aunque la condición biológica es el común de todas las mujeres, tenemos marcadas diferencias en lo histórico, ideológico, político, social, cultural y según la geografía en la que vivimos.
Así en 1789 las mujeres se levantaron en plena Revolución francesa, exigiendo libertad, sufragio femenino, iguales derechos que los hombres y Olimpia de Gougues líder del movimiento es degollada por la subversión.
Más tarde en 1908, 146 mujeres trabajadoras de una fábrica textil en Nueva York murieron incendiadas en la huelga de protesta por los bajos salarios y malas condiciones de trabajo. Es en homenaje a ellas y muchas otras trabajadoras que llevaron adelante las luchas contra la explotación que se instituyó el 8 de marzo, como Día internacional de la Mujer.
Y a partir de los años 1970 en muchos países europeos surgen movimientos de mujeres feministas que denuncian el patriarcado como opresión femenina en los niveles político, cultural, económico, etc. (Kate Millet, shulamith Firestone, Heidi Hartman, etc).
Gracias a esas luchas, hoy las mujeres en estos países y otros superaron muchas barreras patriarcales como el trabajo privado para ejercer otros (astronomía, aviación, ciencia), lograron autonomía de sus cuerpos para decidir cuando y cuantos hijos tener, casarse o no casarse, divorciarse, vivir la sexualidad con libertad, acceso a la política, así se logro la presidencia de (Michel Bachelet, Cristina Fernández, Dima Ruseff) y hasta reconocer diversas forma de vivir el amor (lesbianismo, homosexualismo).
Pero en América, la historia fue que nos impusieron el colonialismo con la invasión y el modelo patriarcal a imagen del español, macho, militar y la religión católica, donde las mujeres fueron doblemente discriminadas por ser mujer y por ser indígenas.
Pero a pesar de la suerte que corrían, la historia muestra el rol protagónico de las mujeres en las luchas libertarias junto a sus compañeros por la injusticia, discriminación y liberación de sus pueblos, antes de 1780 y después como (Bartolina Sisa y Tupac Katari, Tupac Amaru y Micaela Bastidas, Juana Azurduy y Manuel Ascencio de Padilla, Domitila Chungara y muchas otras mujeres mas) que ejercieron una participación política y militar a pesar de los roles domésticos.
Así se llega al 2003 en la “guerra por el gas” una vez mas la identidad indígena de mujeres aymaras, quechuas alteñas (gremiales, artesanas, comerciantes minoristas, mineras, dirigentes vecinales de pollera y vestido) lucharon con (palos, piedras, hondas, guardatojos) junto a los hombres, esposos, hijos estudiantes, trabajadores ofrendando sus vidas en defensa de nuestros recursos, dando fin al neoliberalismo y la expulsión definitiva de Gonzalo Sánchez de Lozada del país.
Gracias a esta lucha, hoy contamos con un Presidente indígena, se nacionalizó los hidrocarburos, contamos con una nueva Constitución Política del Estado, se aprobó la Ley 045 que sanciona el racismo y discriminación a las mujeres. Así nuestras y nuestros héroes fueron precursores de un proceso de descolonización y despatriarcalización, que hoy son pilares fundamentales para consolidar el estado plurinacional.
En ese marco en Bolivia podemos destacar importantes avances y desafíos enmarcados en la constitución política del estado que democratizan la participación de las mujeres en los niveles sociales, políticos, económicos y laborales.
Se ve mayor presencia de las mujeres en el poder ejerciendo puestos públicos y de decisión en los distintos Órganos del Estado (asambleistas plurinacionales, autoridades judiciales, ministras, viceministras, concejales municipales) destacando la presencia de mujeres en la presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Mostrando la representación mas grande de mujeres diversas de toda la historia de Bolivia.
Cada vez mas las mujeres toman conciencia de la participación social a través de las organizaciones como mecanismo de participación ciudadana, sindical y comunal. Ahí están las organizaciones a nivel nacional: Mujeres Indígenas “Bartolina Sisa”, Mujeres de Comunidades Interculturales, Trabajadoras por cuenta Propia, Mujeres Juana Azurduy de Padilla, Mineras de Bolivia, Federación de Comerciantes, Trabajadoras del Hogar, Juntas de vecinos, además de mujeres en las organizaciones mixtas: Cstcb, Comaq, Cidob.
Sin embargo una amenaza para el ejercicio de estos cargos es el acoso y violencia a las mujeres llegando al femicidio, persistiendo el machismo y el ejercicio de poder por parte de los hombres. Contando actualmente con la Ley contra el Acoso y Violencia Política hacia las Mujeres que busca prevenir, sancionar y reducir estos hechos para garantizar el ejercicio político de las mujeres.
En el tema educativo, cada vez más mujeres acceden y terminan la educación primaria, secundaria y universitaria, disminuyó el analfabetismo, pero la educación debe ampliarse para mujeres madres solteras y casadas. Por otro lado aun existe desigualdad en la educación del área rural donde las niñas y mujeres son las más afectadas, a pesar de disminuir la deserción escolar a través del bono Juancito Pinto.
En materia de salud, a través del seguro materno infantil y el bono Juana Azurduy, creció la atención a mujeres embarazadas con personal de salud, reduciendo la mortalidad materna. Otra política que debe extenderse y que complementa los servicios de salud es el sistema SAFCI, Salud Familiar Comunitaria Intercultural, cuya práctica promueve la medicina tradicional llegando a las comunidades más alejadas del país.
Falta trabajar en el servicio de salud reproductiva, principalmente para las mujeres del área rural, existen aun barreras, y preceptos culturales que impiden asumir una decisión de cuando y cuantos hijos tener, cuidarse con métodos anticonceptivos para prevenir embarazos no deseados y así reducir las prácticas de abortos clandestinos e insalubres a las que se someten muchas mujeres provocando la mortalidad materna.
Si bien se destaca avances también existen desafíos estatales en las cuales el Estado debe trabajar en materia de políticas públicas, en el nivel económico y laboral.
Actualmente muchas mujeres de diversos sectores entraron al mercado laboral superando el rol domestico asignado y prejuicios machistas desenvolviéndose como (maestras albañiles, contratistas, carpinteras, transportistas ingenieras mecánicas, industriales, civiles etc). Pero en el área rural las mujeres para contar con una independencia económica necesitan contar con préstamos bancarios a bajos interés y el acceso a terrenos y vivienda. Así se ve la necesidad de generar mayores oportunidades de trabajos en el sector estatal y privado.
Aunque en ambos casos no se cuenta con el apoyo de la pareja en las tareas domesticas, las mujeres desarrollamos un doble trabajo, en los hogares (cocinar, lavar, atención a los hijos etc) y en el trabajo fuera del hogar.
Otro tema pendiente es desarrollar el Art. 338, de la Constitución Política donde el Estado reconoce el valor del trabajo domestico para su cuantificación en las cuentas públicas y a partir de ello desarrollar políticas que mejoren las condiciones de vida de las mujeres.
Sin duda un desafío que se traza como política en la educación es trabajar por la igualdad de deberes y obligaciones al interior de las familia, en el mantenimiento y responsabilidad de los hijos y reducir la discriminación que aun se vive como mujeres en los espacios conquistados, esto permitirá alcanzar mejores logros mayores en el ejercicio político, económico equilibrando las tareas en lo privado como en lo público.
Finalmente una manifestación cruel del patriarcado es la violencia física, psicológica y sexual hacia las mujeres, este ha ido creciendo estos últimos años, terminando en el femicidio a mujeres por sus parejas, exparejas, maridos, novios. Creemos que la Ley Integral para garantizar a las mujeres una vida sin violencia que esta en puerta para su promulgación reducirá estos hechos.
Pero la normativa por si sola no elimina el problema, el patriarcado es un problema estructural basado en relaciones sociales de dominio para el cual debe asumirse una política nacional de despatriarcalización a través de la visibilización, denuncia y erradicación del machismo desde los diversos niveles socioeconómicos y culturales de las mujeres. Cuya base es la educación en todo ámbito (familia, escuela universidades, juntas de vecinos etc). Para el cual es indispensable contar con recursos que generen políticas públicas a nivel nacional, departamental, municipal y de los pueblos indígenas originarios a través de un trabajo coordinado con las instituciones estatales, autoridades y la sociedad en su conjunto.
Por la ¡Despatriarcalización ! trabajo de todas y todos.
* Aymara, Administradora de Empresas.