¿Por qué he continuado la lactancia con mi hijo de dos años?
Más allá de las recomendaciones de organismos internacionales que indican los grandes beneficios que proporcionan a la salud de los niños que son amamantados por lo menos los primeros dos años de vida y después, hasta que la mamá y el bebé lo deciden, estas son mis razones para seguir alimentando a mi bebé con la leche que mi cuerpo produce para él.
Lo hago por vanidad
Porque me siento orgullosa de saber que mi hijo sólo ha tomado leche de mamá.
Porque soy egoísta
Cada vez que lo alimento, pienso que mi cuerpo ha sido capaz de crear y seguir dando vida a través de esas gotas de líquido llenas de nutrimentos.
Porque me hace feliz
Sentir su cercanía me llena de ternura; cuando sus manitas toman mi cabello para jugar mientras me mira y estamos conectados.
Por nostalgia
Porque son momentos únicos en los que el tiempo ha de detenerse para él y que sé que no existirán para siempre. Ya estoy extrañando esos minutos en que estamos tan cerca… más cerca que con un abrazo.
Porque algún día sucederá
Pero sobre todo, continúo la lactancia porque determinar su terminación sería tan difícil de precisar cómo responder hasta cuándo le daré la mano para que camine por la calle o qué día se bañará el solo. Sencillamente, ocurrirá hasta que llegue el momento. Porque cada vez que él pide de mi leche, me hace saber que aún necesita que yo esté a su lado y no encuentro motivos para negarle mi presencia.
Fotografía de Christine Rogers, licencia de Creative Commons