Género: Drama Romántico.
País: Estados Unidos.
Duración: 115 minutos.
Dirección: Bill Condon.
Intérpretes: Kristen Stewart, Robert Pattinson, Taylor Lautner, Kellan Lutz, Nikki Reed, Peter Facinelli, Elizabeth Reaser, Jackson Rathbone, Ashley Greene, Billy Burke, Michael Sheen,Dakota Fanning, Lee Pace, Mackenzie Foy.
"Bella ha dado a luz a su hija Renesmee, y ha concluido su transformación en vampira. Ahora deberá aprender sobre su nueva naturaleza, ¿tendrá algún poder como el resto de los vampiros? ¿Siendo una neófita podrá controlar su sed de sangre ante su propia hija medio-humana? Los acontecimientos se precipitan y un grave peligro se cierne sobre la familia Cullen al completo cuando la existencia de una niña vampira llegue a oídos de los Vulturi. Existe una ley para los vampiros que prohibe a todos los clanes convertir a niños, ya que éstos son difíciles de controlar y han generado auténticas masacres a lo largo de la historia poniendo en peligro a su vez la secreta existencia de los chupa sangre."
Entré a la sala esperando un final predecible, almibarado y cliché. Durante más de hora y media de metraje, mis expectativas iban en línea con ese final que tenía en mente, pero por alguna de esas casualidades de la vida la guionista Melissa Rosemberg y el director por segunda vez en la saga Bill Condon intentaron innovar y mejorar el aburrido y nada explosivo final del libro con una escena totalmente inventada. En cierto momento creí que lo lograrían, realmente tuve genuina emoción al pensar que, después de todo, se habían superado y alcanzado lo que nunca supuse que lograrían. Incluso la palabra redención se me pasó por la mente. Cinco minutos después un baldazo de agua fría fue lo que sentí. El insulto final, la última carcajada al espectador que pensaba que la saga podría despedirse de la mejor manera posible, teniendo en cuenta el viaje.
Calificación: D+