Amaneceres cautivos

Publicado el 26 marzo 2010 por Baoyim
AMANECERES CAUTIVOS de Nieves Hidalgo
Una gran historia de amor en la turbulenta España de Carlos I.
Toledo, 1521. En pocos meses, Marina Alonso y de la Vega ha perdido a su marido, Juan de Aranda y al hijo que esperaba, y tras ser declarada demente, se ha visto desposeída de casi todos sus bienes.
Carlos Arteche, conde de Osorno, está seguro de que Juan ha sido asesinado, y jura encontrar a los culpables. Carlos nunca había aprobado la unión de su amigo con Marina, pero cuando la visita para ofrecerle ayuda no puede evitar sentirse atraído por esa mujer hermosa y decidida.
En una época turbulenta de la historia de España, en la que el orgulloso Carlos I se enfrenta al alzamiento de los Comuneros y la reina Juana intenta mediar en el conflicto desde su encierro en Tordesillas, Marina y Carlos se verán envueltos en dos guerras: la que vive España y la que libran sus propios corazones.
Hace muchos, muchos años que leo novela romántica, género que he defendido siempre a capa y espada, y nunca mejor dicho en esta ocasión.
Todos conocemos la gran evolución que ha experimentado y los diferentes subgéneros que han nacido al calor de los sentimientos narrados por las grandes autoras del tema, pero, sobre todo, por las nuevas generaciones de escritoras que le han dado más vida, más emociones, y más erotismo y sensualidad, poniendo sobre las páginas de sus obras los sentimientos en estado puro y duro, sin remilgos, sin titubeos y llamando a las cosas del amor por su nombre.
Una de estas autoras es, sin duda alguna, Nieves Hidalgo.
La primera novela que conocí de esta autora fue Orgullo sajón, y, si bien no debemos cofiar ciegamente en las sinopsis de las contraportadas de los libros, lo cierto es que el argumento me atrapó, y lo apunté a mi lista de libros pendientes; lo mismo me ocurrió con Amaneceres cautivos, pero lo que realmente me convenció de que tenía maravillosas historias en mis manos no fue la sinopsis, ni el argumento, ni la portada del libro -que hay quien lee determinadas novelas por las sensuales portadas que les sirven de presentación-, ni la fama de la escritora, pues cuando la "conocí", aún no la había alcanzado realmente, sino que lo que me impulsó a leerlas fue mi intuición, aquella que he desarrollado a lo largo de dedicar tantas y tantas horas a leer este género.
Además, por si fuera poco, mi afición por la novela histórica contribuyó a que Nieves Hidalgo se apuntara todos los tantos para resultar ganadora de un lugar imprescindible e importante en las estanterías de libros que llenan mi casa. Y es que sabe combinar, como las grandes autoras, ambos géneros, el romántico y el histórico, pero sin agobiar en ninguno; no da lecciones "magistrales" de historia ni deja que sus personajes estén continuamente entre las sábanas, sino que ofrece todo sobre todo, pero en su justa medida, y así, el tiempo transcurre en un suspiro y la historia te parece corta, deseando que existieran dos o tres capítulos más, cien páginas más, y no te hubiera importado, pues la forma de narrar es muy fluída y ligera, rápida y amena.
Me gustan sus personajes, tanto principales como secundarios, fuertes y con carácter, tan bien descritos que te alegras de haberlos conocido pero lamentas que no sean tus vecinos, y los sentimientos que transmiten... hacía mucho tiempo que una novela no me conmovía tanto y con tanta ternura y delicadeza, con originalidad, alejándose de los tópicos en los diálogos y de las frases repetitivas, desplegando una sensualidad y un erotismo tan intenso que haría derretirse el polo norte.
La historia es fresca y sencilla, bien documentada en lo que respecta al momento histórico en que se desarrollan los acontecimientos: la revolución de los comuneros bajo el reinado de Carlos I de España y V de Alemania, en contra del empobrecimiento del pueblo español en favor de las posesiones del emperador en el extranjero, sin aburrir con datos que en nada contribuirían a la trama, pero sí los suficientes para darle comprensión y ambientación al relato.
Recuerdo que una vez le comenté a la autora que las escritoras españolas no tienen nada, absolutamente nada que envidiar a las grandes del género, la mayoría de habla inglesa; aunque las leemos traducidas a nuestro idioma estoy convencida de que si las leyéramos en su lengua de orígen, sus historias no serían tan cautivadoras como las de Nieves Hidalgo.
Carolina