(Jorge Bucay).
La felicidad, ese instante que sólo cabe en un pequeño soplo de aliento de vida...sí...por un instante he sido feliz !, pero sólo eso un instante !
Y vuelvo a mirar por mi ventana y veo acercarse unas nubes, con tonalidades grises y blancas, pero sigo sin ver aparecer mis queridos pajarillos. ¿Por qué? ¿Ellos están perdidos?
La Madre me dice que la negatividad que transmite actualmente la sociedad es tan grande, que prefieren quedarse en lugares fuera de la vista del humano. Están, pero no están. Son, pero no son. El humano no quiere ver más allá de las apariencias, pues tiene mucho miedo y ese miedo le hace ser ciego y paraliza su buena voluntad.
Ella me dice que vuelva a mirar por la ventana y así hago.Es entonces cuando un precioso periquito de tonos muy vistosos: verde, azul y rojo; con cola larga, cruza el patio y "canta", su canción, para que le preste atención.
Mi corazón, da un pequeño salto de alegría y prometo a la Madre, mirar siempre por la ventana, con los ojos del alma y con los colores de la esperanza.
Luisa María Sierra