Título original: Amazing Grace
Director: Michael Apted
Guionista: Steven Knight
Intérpretes: Ioan Gruffudd
Albert Finney
Michael Gambon
Romola Garai
Benedict Cumberbatch
Rufus Sewell
Ciarán Hinds
Youssou N’Dour
Toby Jones
Productores: Patricia Heaton
David Hunt
Terrence Malick
Ken Wales
Fotografía: Remi Adefarasin
Música: David Arnold
Montaje: Rick Shaine
Nacionalidad: Reino Unido
Estados Unidos
Año: 2.006
Duración: 120 minutos
Edad: Todos los públicos
Género: Biográfica
Drama
Histórica
Romántica
Distribuidora: Sociedad General de Derechos Audiovisuales, S. A.
Estreno: 25-09-2.009
DVD Alquiler: 09-12-2.009
DVD Venta: 24-03-2.010
Página WEB: Ficha completa en IMDb
Ficha completa en FilmAffinity
Web Oficial de la película en Reino Unido
Web Oficial de la distribuidora en España
Tráiler de la película en YouTube (Inglés)
Calificación:
Crítica: 6,254 Espectadores: 4.870
Público: 6,198 Recaudación: 26.378,80 €
España: Puntos (Popularidad): 0
Rugoleor: Ratio de popularidad: 0,00%
Sinopsis:
En la época del Gran Imperio Británico, William Wilberforce es un joven espiritual que consigue un puesto en la Cámara de los Comunes. El Primer Ministro le anima a defender la causa de la abolición de la esclavitud, pero Wilberforce duda si seguir con su carrera política o dedicarse a su fe cristiana. Tras conversar con John Newton, un antiguo comerciante de esclavos que busca limpiar su culpa en el seno de la Iglesia, William decide dedicarse en cuerpo y alma a combatir las injusticias. “Amazing Grace” no es sólo un biopic acerca del pionero del abolicionismo William Wilberforce, también es una crónica de la política británica en los años 20 y 30 del siglo XVIII, probablemente los más cruciales de su historia. El realizador Michael Apted (“Gorilas en la niebla”, “El mundo nunca es suficiente”) recibió el encargo de dirigir la película para conmemorar el 200º aniversario de la ley que prohibía el comercio de esclavos en Gran Bretaña. Sin embargo, Apted ha ido más allá, rodando un drama de época y convirtiendo a Wilberforce y sus compañeros en adalides de la política moderna.
Drama histórico sobre la lucha emprendida por el parlamentario británico William Wilbeforce (1.759-1.833), a lo largo de quince infructuosos años, para abolir la esclavitud. Encarnado en la pantalla por Ioan Gruffudd, William encuentra su fuente de inspiración en John Newton (Albert Finney), el negrero arrepentido que compuso el famoso himno que da título al film. Michael Apted, que ha viajado muchas veces al pasado, dirige esta historia en dos tiempos hábilmente entremezclados.
Crítica:
21.09.2009 – JOSU EGUREN
Tempestad sobre Londres
Siempre es bueno conocer la Historia para no repetirla, por eso no está de más que los dramas históricos intenten trazar paralelismos con el presente. Michael Apted ni siquiera lo intenta, y prefiere seguir al pie de la letra el guión del clásico del ‘biopic’ elegiaco sin saltarse una sola coma, obligando al espectador a escuchar con atención la lectura dramatizada del capítulo más importante en la vida de William Wilberforce, el parlamentario que impulsó la abolición del comercio de esclavos en los albores del Siglo XIX. Sin apenas subtramas a las que aferrarse, y miren que en esto de la política los puñales siguen desenfundados desde que se edificaron las Casas del Parlamento, la misión vital de Wilberforce se presenta como el único argumento válido para que el espectador se mantenga despierto. No es poco, la batalla de los abolicionistas duró casi veinte años y las primeras escaramuzas se libraron casi a pecho descubierto, pero en ese intervalo ocurren demasiadas cosas que se tratan con cierta ligereza: la Revolución francesa, las guerras napoleónicas, la locura del rey Jorge III. Supongo que Apted confía en nuestro profundo conocimiento de la Historia, y quizá por eso elude las presentaciones, pero hay tantos nombres propios a los que seguirles la pista que se acaba echando en falta una larga descripción de cada uno de sus personajes
La película se divide en dos mitades, que a su vez entrecruzan pasado y presente, y funciona hasta que echamos en falta la presencia de un sólido personaje antagónico que, a modo de ‘Salieri’, haga frente al verbo apasionado de Wilberforce en el Parlamento. Sabemos como acabará la historia, sabemos el cómo, pero nos faltan datos: sin oposición no hay gobierno (democrático claro). No obstante, algunos de estos defectos pueden disculparse si nos fijamos en las interpretaciones de Ioan Gruffudd, Rufus Sewell y Michael Gambon, el trío de actores que sostiene la película en sus peores momentos.