Las compañías eléctricas están encontrando obstáculos en la población para hacer el cambio de los contadores tradicionales por los nuevos digitales o de telegestión. Las artimañas que están usando para sortearlos son variadas, una de ellas es mandar cartas intimidatorias o amenazantes de corte de suministro eléctrico. En el camino cometen algunas irregularidades.
Lo contamos en julio pasado. Las empresas eléctricas están enviando cartas a sus clientes advirtiéndoles de que, si no permiten el acceso a los técnicos para sustituir sus aparatos por los nuevos contadores “inteligentes”, suspenderán el suministro. Por medio del Bufete Almodóvar & Jara nos están llegando consultas e informaciones al respecto. Ayer mismo, una mujer de Madrid nos remitía una de estas misivas enviada por Iberdrola. En ella puede leerse:
De no poder acceder nuevamente al equipo de medida, nos veremos obligados a suspender el suministro eléctrico de su titularidad”.
Los gastos que origine la suspensión del suministro serán por cuenta de la empresa distribuidora. La reconexión del suministro, en caso de corte justificado, será por cuenta del consumidor, que deberá abonar una cantidad equivalente al doble de los derechos de enganche vigentes como compensación por los gastos de desconexión.
Esto suele asustar a la población porque por lo general no queremos que nos quiten la luz. Somos algo así como electrodependientes, aunque en verdad lo que somos es rehenes de un sector que actúa en monopolios.
En Madrid, caso que nos ocupa, la compañía eléctrica debe comunicar la incidencia (la negativa al cambio de contador) a la Comunidad de Madrid, en concreto a la Dirección General de Industria, Energía y Minas, para que abra expediente. En otras comunidades autónomas igual. Esto no se comunica a los ciudadanos. Las empresas amenazan, de manera educada pero intimidan a sus clientes. Las gobiernos regionales, como competentes, deben entrar a valorar estas situaciones y defender al ciudadano.
El problema que pueden alegar es que reciben órdenes del Gobierno central que ha aprobado el cambio de contadores por decreto y el central podrá como excusa que es una orden que viene de la Comisión Europea, el Gobierno de los europeos.
Otras de las quejas que recibimos tienen que ver con el pago del cambio de contador, que es cargado al cliente. Incluso se dan casos de personas que ya “disfrutan” de su aparato “inteligente” que demuestra su inteligencia cobrándoles de más. Por ello la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) considera que los nuevos contadores inteligentes de electricidad deberían disponer de dispositivos adicionales que proporcionen lecturas directamente al cliente más allá del propio visor, que está incluido por defecto en el aparato.
Esta crítica deja entrever lo que negocio hay en esta campaña de las compañías eléctricas. El cambio de contadores a otros más “modernos” sólo beneficia a las eléctricas y es otra concesión de los gobiernos a las mismas.
Es difícil entender porqué si alguien prefiere seguir con su equipo de medición de siempre, de manera obligada, ha de aceptar el que imponen estas empresas y además costear el cambio y perder intimidad y sentir que sus datos personales no están protegidos y exponerse a un aumento de contaminación electromagnética y demás “inteligenteces”.