El titular de la noticia está claro, aunque no será ninguna novedad para aquellos que hayan estado más pendientes de la actualidad musical que se escribe en los márgenes: los neozelandeses The Chills vuelven con el que será su primer disco en 19 años, su primer largo desde “Sunburnt” (1996), y se titulará “Silver Bullets“. Claro que si has nacido en 1976 o fechas posteriores es probable que esta noticia no haya alterado tu pulso como si lo habrá hecho con aquellos que andan por los cuarenta y bastantes años y, hará cosa de treinta, besaban la tierra por donde pisaba la banda de Dunedin.
Vamos a lanzar entonces un gancho para los lectores más jóvenes (me incluyo, por supuesto, jejeje) antes de continuar: si os gustaban R.E.M. cuando Michael Stipe y los suyos publicaban himnos generacionales del pelo de “It’s The End Of The World As We Know It (And I Feel Fine)“, entonces probablemente esta “America Says Hello” con que The Chills anticipan su inminente (30 de octubre) retorno os va a volver locos. Es sólo una aproximación, pero no suena mal ¿eh? Anda, ahora hacedme el favor, y seguid leyendo…
Un poco de historia, que siempre viene bien para aprender. Así, en plan muy resumido, podría decirse que The Chills fue la banda encabezada desde principios de los ochenta por un chico llamado Martin Phillipps, y cuyos primeros álbumes fueron lanzados por el sello Flying Nun. Al loro con este nombre: decir “Flying Nun” no es decir cualquier cosa, el sello era algo así como un Sarah Records austral que daba cabida a un montón de grupos de aquello que se llamó “sonido Dunedin”, con una enorme influencia posterior en el desarrollo del indie. El sonido en cuestión podría entenderse así como la confluencia de dos corrientes, más o menos simultáneas: la herencia post-punk, omnipresente en todo el mundo a principios de la nueva década, y el inconfundible sonido jangly de las guitarras que hundían sus raíces en The Byrds, y que tanto predicamento encontró en tierras británicas. La cuestión es que muchas de esas bandas siguen siendo hoy en día reverenciadas por sus fieles (véase el caso de The Bats, sin ir más lejos) pese a no haber alcanzado la popularidad que a lo mejor si alcanzaron muchos de sus coetáneaos británicos: The Chills no fueron ningunos desconocidos (y menos aún para las radios universitarias de la época), e incluso rozaron el éxito con temas como “Pink Frost” o “I Love My Leather Jacket“, pero ciertamente han quedado ensombrecidos, con el paso del tiempo, por otras bandas de origen anglosajón y calidad sensiblemente inferior.
Nuevo salto en el tiempo, ahora hasta este año nuestro de 2015: ya no se trata de Flying Nun, sino de Fire Records, que es el sello que va a editar “Silver Bullets“. De momento, ya conocemos este pepinazo que escucharéis al final de la entrada, y un tema (“Molten Gold“) del que, aunque lanzado hace dos años -coincidiendo con el 50 cumpleaños de Phillips-, no se sabía a ciencia cierta si se trataba de un sencillo suelto o parte de un álbum, como finalmente ha sido. El caso es que ahora ya podemos decirlo: Phillipps ha reunido a la banda (es un decir: ahora le acompañan James Dickson, Todd Knudson, Erica Stichbury, y Oli Wilson, visiblemente más jóvenes) y no sólo tenemos disco nuevo de The Chills en el horizonte, sino que además han previsto una gira mundial para presentarlo.
Hechas las presentaciones, vamos con la canción, muy adecuada para estos días tan convulsos que vivimos: “America Says Hello” es un tema compuesto por un Phillipps claramente enfadado con el mundo que le rodea (for everyday people aren’t free / and they know they’re never going to be / with the powerful keeping them hushed / as the tyrants get the noisy ones crushed), y que si bien no alza la voz, tampoco renuncia a la intensidad. Hay una cierta épica (sobre todo en el gloroso minuto 4:17, cómo me pone ese arreón que meten casi al final) que actualiza el sonido de una banda que, afortunadamente, sigue sin renunciar a su personalidad: un canción de The Chills siempre suena a una canción de The Chills. Y esta “America Says Hello” es, además, buenísima.