Poca gente recordará los dibujos de los 80. Con osos que hablaban y animales que flotaban por un olor de comida hasta el alfeizar de la ventana donde la abuelita enfriaba una tarta deliciosa.
¡Pues aquí tenéis ese clásico!
Esa tarta que todos queríamos robarle a la abuelita de Piolín o al excursionista del Oso Yogui.
Mantel de cuadros a parte... aquí os dejo la receta de este clásico que podemos rellenar con la fruta que tengamos a mano, la que se nos vaya a poner pocha o la de temporada...
Esto se le antoja hasta a más millenial del planeta.
¿Os a gustado? Espero que sí porque le he puesto todo mi amor para que quede como la de la abuelita
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