Al parecer David O. Russell es el niño bonito de la colina ahora. Sinceramente no entiendo el motivo. Si con la anterior, lo único bueno que nos trajo, fue la caída de Jennifer Lawrence cuando fue a recoger la estatuita. En esta, el punto cómico, sinceramente, yo no se lo encuentro. Es tan mala que se te olvida que la has visto.