`American Pie: El reencuentro’, eso de madurar es muy aburrido

Por Cinéfilo Criticón @cinefilocritic

Supongo que la gran mayoría de ustedes conocen de antemano la franquicia de American pie, misma que vio luz por el lejano 1999, de la mano del director  Paul Weitz, y que narraba, a grandes rasgos, el cómo cuatro amigos de la preparatoria, en realidad son cinco, pretendían perder la virginidad, sin importar el precio. ¿Les dije originalidad? Lo cierto es que aquella cinta a pesar de sus múltiples clichés de género, y de situaciones absurdas, unas que otras graciosas, devolvió a la vida un género que parecía muerto, me refiero a la comedia juvenil. Si bien no fue un gran logro, inclusive no es una buena película, simpatizo mucho con el público de aquella época y sirvió de plataforma, para lanzar la franquicia a innecesarias, y nefastas, secuelas, aun peores.

Es de todos bien sabido que cuando algo funciona bien en Hollywood, me refiero a ingresos en taquilla, los altos estudios americanos suelen explotar hasta el cansancio la misma formula. A las innecesarias secuelas, le siguieron otras películas con la misma temática, sin los actores principales de la trilogía, que se fueron directamente a DVD. Todo parecía indicar que la franquicia estaba arruinada, pero cómo esto es cine, o mejor dicho, Hollywood, los amigos que hasta el momento poco o nada habían echo, fuera de la saga, deciden regresar trece años después para contarnos los porvenires de madurar y tener una familia y recordad los tiempos de estudiante. Desafortunadamente nada de eso se logro plasmar en esta película. Nada.

La historia se desarrolla en tiempo real a la primera película, es decir, ya ha pasado más de una década, y los diversos protagonistas han seguido rumbos muy diferentes a los que pretendían alcanzar cuando eran adolescentes. Por un lado Jim y Michelle, unos descafeinados Jason Biggs y Alyson Hannigan respectivamente, están casados y ya tienen un hijo, por ende su vida amorosa, o sexual, ha caído en un abismo. Lo mismo podría decir del resto de personajes, donde ninguno a excepción de Stifler, interpretado por un siempre carismático Sean William Scott, cumple en su rol ni dentro de la historia ni mucho menos fuera. Pareciera que están actuando por contrato y no por convicción.

Jason Biggs había comentado en una entrevista que el motivo de volver a hacer esta secuela se debía primordialmente a que necesitaba dinero, bueno, esto lo dijo entre risas y a modo de broma, pero habiendo visto el producto fílmico, no estoy tan seguro si fue un chiste. Y es que el principal problema de American Pie: El reencuentro, es que en ningún momento es divertida, eso por un lado, y por el otro los directores Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg, ajenos a la franquicia, nunca supieron que hacer ni con los personajes ni con la trama en si. Los momentos “divertidos” se sienten simples y sin chispa, comedia basura en realidad. Y es una lástima ya que la idea prometía y se podrían haber sacado momentos muy graciosos, pero todo queda en un triste intento sin alma ni emoción.

Lo único rescatable aquí es un William Scott, en la piel del famoso Stifler, el cual aun cree en su personaje y en la saga en si, él es el único que se esfuerza por dar todo de si y aportar mucha chispa a momentos intrascendentes y aburridos. Stifler aun guarda el alma de su personaje y trata de trasmitirlo a sus compañeros, pero éstos jamás cooperaron. Si la película logra sacar algunas risas, la mayoría, sino es que todas, provienen de éste personaje, por mucho, lo mejor de esta decepcionante entrega. Una lastima. Y es que todos los demás personajes, que antes eran interesantes, aquí son meros extras y no aportan absolutamente nada, son imprescindibles en realidad, y eso aquí, según lo pretendido de causar nostalgia, es imperdonable.

Para finalizar les diré que no recomiendo que vean American Pie: El reencuentro, ni siquiera para los fanáticos de la saga, pues saldrán decepcionados y tristes ante la incapacidad de todo el reparto y apartado técnico, de atrapar al público en una historia intrascendente por donde la veas. Quizás es recomendable para verla en domingo en tu casa, o con tus amigos, cuando no tengas nada que hacer. Y verla en tu casa, claro. Personalmente me dejó un mal sabor de boca, siéndoles sinceros.

 ★½☆☆☆