"Hay como una idea de Patrick Bateman, una especie de abstracción, pero no hay un yo auténtico, sólo una entidad, algo ilusorio, y aunque yo pueda disimular mi fría mirada y tú puedas estrecharme la mano y notar que su carne aprieta la tuya y puede que hasta puedas considerar que nuestros estilos de vida son parecidos: sencillamente yo no estoy aquí.
Me resulta difícil tener sentido en un determinado nivel. Mi yo es algo fabricado, una aberración.
Mi personalidad es imprecisa y está sin formar, mi inhumanidad es profunda y persistente. Mi consciencia, mi piedad, mis esperanzas desaparecieron hace tiempo, si es que existieron alguna vez."
Hay muchos tipos de libros y también de películas, y tanto unos como otros pueden quedar grabados en la mente. en mi caso, como a mucha gente, la película me impactó y cuando acudí tiempo después al libro en el que se basaba, descubrí que lejos de robarle contenido el haber visto su versión cinematográfica, me servía de cierto apoyo lector. Hoy traigo a mi estantería virtual un título que sonó bastante en su estreno cinematográfico. Traigo, American Psycho.
Conocemos a Patrick Bateman, un hombre de 26 años que parece tenerlo todo: físico, dinero, posición social y laboral en Wall Street. Lejos de convertirlo en un único privilegiado lo que hace es sumergirlo en una maraña de personas que están en su misma situación y que apenas podemos diferenciar entre sí. Salvo por una cosa, entre las aficiones de Bateman están las compras, la buena música, las drogas... y la búsqueda de emociones a través de la tortura y la muerte.
Si hay una novela perturbadora, esa es la que hoy os traigo. Además lo es a muchos niveles, tanto por lo que cuenta como por la forma en la que lo hace. Ambientada en los años 80 lo primero a lo que nos enfrentamos es, al comienzo del libro narrado por el propio Bateman, a una confusa presentación de personajes hablando entre sí. Pero no es un problema del libro, no. Es la forma que tiene el autor de meternos en un ambiente plástico dominado por el consumismo y las apariencias en el que poco importa quien eres, ni siquiera a ti. Lo que importa es lo que tienes o con quién te mueves. Refleja así la superficialidad en grado extremo rodeándonos de marcas y sin darnos descripciones físicas reales de los personajes. Si se confunden entre ellos y ni lo notan, ¿qué nos importa a nosotros? Son hombres de trajes planchados que se dirigen a los mismos sitios a las mismas horas con parejas que parecen salidas de las mismas revistas. Lo único que les importa es la relevancia, ser vistos, ser invitados y también en el caso de nuestro protagonista, ser más. Más alto, más guapo, más amable.. siempre más. Y tal vez por eso en este mundo plástico busca más emociones, por encima de las drogas que consume habitualmente. Y para ello recurre a la crueldad y la muerte con escrupulosa meticulosidad haciéndonos testigos de ello.
Y una vez que comienza a matar... nos conduce a una velocidad vertiginosa al final de un libro del que podría decirse que nos deja hacer una libre interpretación cerrando la historia con un broche redondo. Nos deja con la palabra en la boca para comentar la jugada maestra con la que se desmarca Ellis. Y por eso buscamos a quien lo haya leído o visto, aunque los segundos no nos valen, el libro da mucho más que la película. Para empezar, nos da escenas que indican un gran sentido del humor. Lleva el snobismo a extremos paródicos que hacen que nos sacudamos la sangre pulcramente, Bateman ha comenzado a ser una mala influencia para el lector, y pasemos un rato divertido entre tarjetas de visita de color cáscara de huevo.
El libro es brutal a ratos, no apto para todos los públicos y mucho menos para todas las edades: es cínico, crítico, divertido, aterrador. Nos deja asomarnos a una mente pertubada que huye del término confesión porque no busca redimirse, o tal vez porque no lo necesita. Un psicópata casi obsesivo al que le gusta jugar mientras tiene todo bajo control y al que tardaremos en olvidar. No sabría si catalogarlo como una novela de terror, pero si os puedo decir que a mí me puso los pelos de punta en más de una ocasión.
Con todo, una gran lectura.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias