Año: 2000
Nacionalidad: Norteamericana
Dirección: Mary Harron
Guión: Mary Harron, Guieneve Turner. Basada en la novela de Bret Easton Ellis.
Reparto: Christian Bale, Willem Dafoe, Jared Leto, Josh Lucas, Samantha Mathis, Matt Ross, William Sage, Chloë Sevigny, Cara Seymour, Guinevere Turner, Reese Witherspoon, Justin Theroux, Monika Meier.
Argumento: Patrick Bateman es un joven yuppie de Wall Street cuya vida trascurre en términos de opulencia, el culto al cuerpo, el lujo y el consumismo. Compagina su relación sentimental con amantes y prostitutas, pero siempre guardando las apariencias de alguien de su posición
Perfil psicológico de Bateman: El protagonista es extremadamente narcisista. No sólo cultiva su cuerpo y su apariencia estética, sino que también se grava o se mira al espejo mientras practica sexo con prostitutas y es capaz de matar a alguien por poseer un mejor diseño en su targeta de visita. Como todo buen psicópata, disfruta al sentirse poderoso y saborea el acto de poder absoluto que es matar a una persona. Además, le gusta preparar la situación, saborear el miedo y
Capitalismo psicopático: Hay un momento en el film en el cuál, como decíamos, la conducta homicida de Bateman se descontrola y empieza a matar de forma indiscriminada y caótica en un alarde de improvisación. Todo epieza cuando Bateman se dispone a extraer dinero de un cajero automático y ve un gato pequeño en el suelo. Se agacha para coger al gatito y en ese instante, el cajero le pide que introduzca un gato. Bateman intenta meter al gato por la ranura de las tarjetas de crédito, pero no cabe, con lo cual se dispone a triturarlo a balazos con su pistola, cuando una anciana le sorprende. Mata a la anciana a disparos y emprende una huida en la que mata a todo aquel que se cruce en su camino.
En mi opinión, la escena es una alegoría. Un inocente gatito, que a cualquier ser humano sano le inspiraría ternura, es reclamado por una máquina dispensadora de dinero en la mente del protagonista. La petición de la máquina es obedecida por Bateman sin vacilar. La película parece, así, asociar el dinero con la crueldad, la conducta psicópata con el capitalismo. Esta asociación, aunque pudiera parecernos gratuita, no lo es en absoluto.
El capitalismo fomenta lo que Max Weber llamó acción racional con arreglo a fines o razón instrumental en palabras de Horkheimer. La racionalidad instrumental es aquella que se fundamenta en la dialéctica medios-fines. La razón instrumental se fija fines, objetivos a cumpliar, y se sirve de los medios necesarios para su consecución. El problema es que, en el capitalismo, las personas son blancos fáciles para ser utilizados como meros medios para la consecución de fines por parte de otras personas. Utilizar a un ser humano como un instrumento, como una herramienta, un objeto que se puede usar produce lo que se llama cosificación. La cosificación es la utilización de una persona como si fuera una cosa, un instrumento.
La cosificación cancela todo principio moral o ético, puesto que, como es evidente, manipular cosas no nos plantea nunca dilemas morales, los cuales sólo surgen ante la interacción con personas. También bloquea la empatía, la capacidad de ponerse en la piel de otra persona, que se convierte en una cosa a efectos prácticos. El capitalismo fomenta que las personas sean utilizadas
La falta de empatía y los alardes de poder son algo muy común en las grandes empresas, las compañías multinacionales, los grupos de presión de la bolsa, los brokers, los agentes bursátiles, etc. Cuando Bateman aparece entre sus amigos y compañeros de trabajo, se hace difícil distinguirlo, a pesar de que es un depredador. Todos ellos son igualmente superficiales y snobs. El mensaje de la película consiste, para mí, en identificar al yuppie con el psicópata, al capitalismo con la crueldad impulsiva, a las sociedades en las que vivimos con una jungla, donde a cada paso, puede acechar un depredador sediento de sangre y poder.
Bojiano.