Amianto

Publicado el 18 septiembre 2024 por ArÍstides

Algunos lo conocen como Uralita porque esta empresa fue la que lo comercializó. Me lo encuentro en muchos lugares y, lo cierto es que comienzo a estar harto. Me he topado con ello en escombreras ilegales en plena naturaleza, lo tengo muy próximo en la propiedad del vecino, lo he visto en cobertizos y establos en contacto con animales. En fin, que el amianto es un mal que tenemos muy próximo y para el que parece que ni importa ni se le da solución.

Lo he visto en tejados, en material ferroviario, en revestimientos navales y hasta los fontaneros lo usaron para proteger los elementos próximos a las soldaduras. Aunque no hay peligro por el contacto ocasional, sí se convierte en un riesgo importante para la salud cuando existe un contacto prolongado. Entonces las fibras pasan al sistema respiratorio. Esto curre en derribos, taladrados, cortes o roturas de material muy degradado. Las consecuencias no son baladíes, porque terminan en cáncer de pulmón.

Su uso esta prohibido desde diciembre de 2001. Por eso, no entiendo que no haya ningún plan para su retirada. La Administración, que en muchos casos pone muchas normas, en otros hace la vista gorda y deja las indemnizaciones en manos de mutuas laborales y seguros de vida privados. Va para un cuarto de siglo de su prohibición y parece que el problema es de otros. No hay una voluntad clara de actuar por parte de los organismos oficiales de inspección y de retirada del amianto.

La gestión de los residuos la realizan empresas que surten a sus empleados de equipos de protección individuales (epis) para llevar a cabo lo que ellos denominan un desamiantado profesional. La administración, mientras tanto, carece de planes a largo plazo para su eliminación en un acto de irresponsabilidad que raya con el delito. Esperemos que no suceda lo mismo con el caucho de los parques infantiles; lo que ya sería para hacérselo mirar, por incompetentes.