Estoy triste. He terminado de ver la tercera y última temporada de Mistresses, una joyita de la BBC, co-producida por la BBC América. Y estoy triste porque he disfrutado muchísimo con estas cuatro amigas de Bristol. En su primera temporada me dejaron totalmente fascinado. Su segunda temporada sufrió un leve bajón por todos los cambios que supuso, pero fue igualmente disfrutable. Y esta tercera temporada ha sido maravillosa. Desde aquí ya te digo que si no le has puesto el ojo encima, lo hagas ya mismo. No te arrepentirás. Eso sí, no sigas leyendo, que voy a spoilear la entrada.
Una vez más, y tal y como hice con las temporadas anteriores, iré personaje por personaje, analizando su evolución a lo largo de estos cuatros episodios. Pero antes de nada, voy a dejar esta imagen, que es la que abre la temporada. Vemos a las cuatro amigar reunidas en casa de Katie, seis meses después de haber ocurrido algo que las ha separado. Así que, aunque en el último episodio, exploramos algo que no habíamos hecho: cómo reaccionarían estando enfadadas entre ellas.
Y voy a empezar por Katie (Sarah Parish), que me tiene totalmente enamorado. Empezó recibiendo la visita de su madre, Vivienne (Joanna Lumley), una visita que se terminó alargándose en el tiempo, y gracias a ella descubrimos que Katie se fue a Sidney con Dan, pero que volvió porque él fue incapaz de superar el lío entre su novia y su mejor amigo, Jack. Además, Katie ha estrechado vínculos con Richard, el por fin marido de Trudi. Esta amistad se ha ido haciendo cada vez más fuerte, y ella, ya advertida por su madre, empieza a poner obstáculos entre ellos. Hasta que al final Richard la besa, lo que termina llevando a Katie a tomar una decisión y coger un tren y poner tierra de por medio. Entre todo esto, descubre que su padre le fue infiel a su madre, la cual tiene intención de vender la casa familiar para comprarse un rancho junto a su novio Dale.
La siguiente en la lista es Jess (Shelley Conn), otra que también me tiene locamente enamorado. Después de darle una oportunidad a Mark (Oliver Milburn), sufre un aborto, por eso llevan meses intentando quedarse embarazados. Al final Jess se somete a un tratamiento de fertilidad. Sin olvidar que Mark terminó la temporada arruinado, y la comienza buscando trabajo y teniendo que hacer frente a multitud de acreedores. Por eso pide dinero a Siobhan a espaldas de su mujer. Como no, termina explotándole esto en la cara, lo que unido a su irresponsabilidad, les hace romper.
Siobhan (Orla Brady) ha vuelto a ser la misma de la primera temporada. De hecho, no tiene nada que ver con la Siobhan de la temporada anterior. Su hija Elsa tiene ya tres años, y Dominic (Adam Rayner), no olvidemos que es el padre, las visita todo lo que puede debido a su trabajo. Hari ya es agua pasada (gracias a Dios). Y a pesar de que Dom y Siobhan están hechos el uno para el otro, son incapaces de decirse lo que sienten. Ella tiene un breve romance con Jeff (Mark Bazeley), mientras que Dom se casa con Alice (Alice Patten) una americana. No cabe duda de que Siobhan y Dominic deben terminar juntos, tal y como así ocurre, después de que él se separe de Alice y ella deje a Jeff.
Y por último, pero no menos importante, Trudy (Sharon Small), casada ya con Richard (Patrick Baladi). Trudy ha conseguido abrir su propio negocio de pastelería, y a pesar de que es todo un éxito, necesita dinero. Este dinero se lo ofrece Chris (Vincent Regan), que termina dándole algo más que dinero. De hecho, mientras Richard se da cuenta de que está enamorado de Katie, Trudi se acuesta con Chris, algo de lo que se arrepiente después. Incapaz de venderle su empresa, acuerdan que Chris simplemente invierta, dejando a Trudi al mando. Pero todo cambia cuando Richard, de camino a la estación para verse con Katie y hablar de Trudi y su escarceo con Chris, sufre un accidente y muere.
Y así llegamos al último episodio de la temporada, y por tanto, de la serie. Tras el funeral de Richard, Trudi escucha el mensaje que Katie le dejó en el móvil. Es entonces cuando se desata la tormenta ("Sabía que te gustaban los casados, pero es mi marido" le dice Trudi a Katie), y es así como, tras descubrir que Siobhan y Jess conocían el asunto, las cuatro amigas deciden estar separadas por cinco meses, hasta la reunión en casa de Katie. Es cuando Jess cuenta a sus amigas que está enferma, tiene cáncer. Ante una situación así, todas vuelven a ser una piña, aunque Trudi y Katie siguen sin hablarse. Tras una intervención de la madre de Katie, y de Amy, la hija de Richard, Katie y Trudi consiguen hablar tranquilamente, dejando paso a una reconciliación. Y tras una visita de Simon (Adam Astill), al que sinceramente echaba en falta, Jess les cuenta que el cáncer no se ha extendido, dejándonos una preciosas imagen final. Y es que, al final, la amistad está por encima de todo.