El viernes pasado el Consejo de Ministros apruebó una amnistía fiscal para los grandes defraudadores. ¿Se imaginan la cara que se me quedó? A mi me investigan por unas donaciones a ONG dedicadas a ayudar a los niños del Tercer Mundo y a los grandes defraudadores les perdonan sus fraudes a la Hacienda de todos los españoles. Este es el espíritu que alienta al nuevo gobierno: apretar a los modestos para regalárselo a los ricos.
¿Se extraña alguien de que luego haya disturbios en algunas manifestaciones? Yo, no.