Afortunadamente, el apoyo internacional popular con que cuenta la activista saharaui es extraordinario y ni siquiera las prácticas inhumanas de Mohamed VI pueden evitar que trascienda la verdad. Ni siquiera la de sus torturas, como las que realizan a los presos políticos saharauis Ali Salem Tamek, Brahim Dahan, Degja Lashgar, Ahmed Nasiri, Yahzih Taruzi, Saleh Labehi y Rashid Sgair, que han sido puestos en celdas de castigo, aislados y sometidos a órdenes estrictas, con frío y falta de ventilación e iluminación.
Estaremos ahí, al pie del cañón para que, si bien la comunidad internacional (España, ONU, Unión Europea, EEUU...) toleran estas violaciones de los Derechos Humanos, no puedan decir, al menos, que las desconocían. Y en 2010, como viene siendo habitual desde hace 7 años, volveremos con el FiSahara a ser el centro mutlicultural de África durante una semana.