María Virginia Guevara
Antes de desarrollar la idea completa, primero debemos aclarar ¿cuáles presos políticos? En Venezuela no hay tales prisioneros, lo que hay es una cuerda de descarados que infringieron toda suerte de ley, traspasaron las justas concepciones de la ética y la moral: El caso Afiuni es uno de los casos más tergiversadores de la ética y la moral en la actualidad, pues a la jueza le dio por denunciar, a través de un libro propagandístico y con intenciones mediáticas de la más alta calaña, un supuesto ultraje que ha llegado a titulares como Afiuni violada por Miraflores. En nuestro país, durante décadas hubo toda clase de represión, violaciones de todo tipo, auténticos presos políticos, desaparecidos, personas obligadas por las circunstancias a salir del país y no Miami precisamente, y decimos Miami porque hay una cuerda de alienados opositores que están allá, bajo la figura de “perseguidos políticos”, cuando en sus vidas han leído siquiera la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: ¿y por qué esta figura?, muy fácil: conocemos, no por la prensa o medios, sino por experiencias diarias, que muchos de esos venezolanos que hacen vida con Mickey y sus amigos, cuando aterrizaron allá y a otros estados, en pleno apogeo posgolpe del 11 abril, llegaron lloriqueando en las embajadas con el cuento chino de que Chávez y sus hordas los obligaron a salir del país, por lo que en el contexto eran “perseguidos políticos”; y todo este teatro porque ya tenían el pitazo de que si argumentaban esa marramuncia y sin pruebas, además, la green card prácticamente se las regalaban tal permio en una rifa como ha ocurrido con los cubanos gusanos que llegan a Miami.Creemos necesario que el gobierno a través de sus medio públicos aclaren esa guarandinga de la tal Amnistía, hacia quiénes va dirigida, ¿hacia Carmona y su combo Golpista? ¿A los políticos-presos en Venezuela por delincuentes, corruptos, desestabilizadores, etc.?, a quienes se les ha tratado dentro de las normas de los Derechos Humanos como el caso de la misma Afiuni, aunque se empeñe en declarar lo contario, como el caso de Ivan Simonovich, que ahora salió con una carta a lo Lupita Ferrer diciendo que “está preso por salvar al pueblo”.
Nos parece, ciertamente, que el diálogo siempre será el camino más efectivo para la soluciones en situaciones de tensión y desacuerdos. Pero sin perder las convicciones y mucho menos desviarlas, los diálogos no son para persuadir a través de victimizaciones, son para escuchar en conjunto y llegar a un acuerdo en donde las exposiciones de las partes quedan claras y a partir de allí a un consenso.
Y otra cosa, hay que recocer que la experiencia política de AD aún se mantiene, pues al tocar la fibra de la dichosa Amnistía ha despertado confusiones por momentos al punto que mediáticamente el Gobierno pareciera caer en contradicciones por lo expresado en el pasado en torno a estos “presos políticos” o mejor dicho políticos sin-vergüenza presos.
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