¿Hay una sola persona para cada uno? ¿Es el amor una construcción o algún tipo de contrato tácito entre dos entes que se aprecian mutuamente? Hay siempre algo de mágico y macabro en que nos elijan y nos dejen de elegir, y la mayoría de las veces no terminamos de comprender ni lo uno ni lo otro.
Amor a distancia muestra que a pesar de la cercanía o lejanía geográfica, siempre estamos lejos cuando comenzamos una relación. Esto no es sólo porque no nos conozcan o compartamos nuestros más oscuros secretos, sino porque todos tenemos una idea más o menos concreta de lo que la otra persona se supone que debe ser. No es el desconocimiento del otro que nos aleja, sino nuestra propia construcción del amor en general y de la persona en particular.
Dicen que la realidad es más sorprendente que la ficción y creo que es porque la ficción es limpia y ordenada, mientras que la realidad parece mucho más caótica. Esta película muestra un mundo demasiado prolijito para ser verdad y, aunque algunos nos creimos que (pase lo que pase en el medio) la historia de nuestras vidas tendrá un final feliz, no nos gusta ver historias lineales en la ficción.
Moderadamente recomendable. Incluso para quienes todavía no entendimos cómo funciona el mundo y creemos que en el cine podremos encontrar el manual de los engranajes humanos.
Título original: Going the distance
Dirección: Nanette Burstein
Guión: Geoff LaTulippe
Elenco: Drew Baldimore, Justing Long y otros.