Iniciando junio, me propuse una estrategia para no sentir el bajón que consistía en seguir varios estrenos de la temporada de verano, pero también maratonear hasta sacar de la lista negra muchas series recomendadas y/o de las que estaba antojadísima. Pero no lo iba a hacer en orden, como la mayoría de seriéfilos que hasta no terminar con una serie no empiezan con otra. No, yo lo que hice fue verlas todas al tiempo, con diferentes días para cada una según me fuera provocando, como si estuviera en la temporada de septiembre a mayo.
Esto tenía una pega, por supuesto: si durante la temporada regular sigo muchísimas series, durante el verano seguiría muchas menos, pero las de la lista negra no eran una sola temporada de máximo 23 capítulos… ¡eran varias! Por lo tanto, el número de episodios por ver en 3 meses resultó ser realmente exorbitante; sumémosle que más de una vez me quedé en una serie por muchos capítulos porque no podía despegarme de ella como polilla que va a la luz y allí muere.
Pero ¿quién dijo miedo? Durante estos tres meses he tenido grandes enamoramientos, he tenido que comerme mis palabras con varias (con las que ya haré un post especial), he esperado otras para, al final, sólo darme cuenta de que extraño a las de siempre. Ahora siento que ya septiembre está muy cerca y que necesito cerrar esta etapa haciendo un resumen.
En este post les contaré sobre las series que saqué de la lista negra, ya sea porque las tenía pendientes desde hace mucho, porque los comentarios en twitter sobre ellas despertaron mi curiosidad o, simplemente, porque alguien me dijo: tienes que verla. Y bueno, yo para esas cosas no tengo mucha voluntad.
Las que saqué de la lista negra
Vi las dos primeras temporadas de The It Crowd y antes de septiembre habré visto las dos restantes. La primera temporada me hizo reír moderadamente, pero la segunda… ¿la segunda? La segunda me sacó carcajadas. Un gustazo esta serie cortita, con la que te identificas y cuyos personajes te enternecen como no te lo esperabas.
Vi las tres temporadas de Breaking Bad y voy a describirlo con una palabra: brutal. Así es el piloto, la serie, los personajes, la dirección de cámaras, el montaje de imágenes y sonido, la fotografía, los momentos wtf… Es una serie que no te deja indiferente en muchos sentidos por ese estilo de “punto de no retorno” que tiene la trama y por su gran apartado técnico. Dificultades con algunos episodios que me parecían simplemente anecdóticos (los problemas no eran realmente profundos, producto de una reflexión moral, sino equívocos causados por la increíble imbecilidad de Jesse), pero es de las grandes. La recomiendo a todo el mundo.
Devoré Entourage como si alguien me estuviera tomando el tiempo: 6 temporadas en 6 días. Empecé a verla porque quería ir al día para cuando saliera Sasha Grey y terminé enamorada de Ari Gold, a quien le quiero dar 3 ó 4 hijos… en otra vida.
Finalicé Freaks and Geeks y me dio pesar despedirme de este clásico; qué maravillosa e imperdible serie es ésta. Vi Anyone but me aunque no me pareció de mucha calidad y, encima, con un final traído de los cabellos. Está pendiente Angels in America, ya que solo he visto 3 de sus 6 episodios pero ya me pongo con eso. Vi la segunda temporada de The Shield y ya he empezado la tercera, que espero terminar antes de que empiece la temporada regular.
Abandoné a mitad de la segunda temporada a Six Feet Under, y luego fui y me spoileé en cuanto blog encontré el final de toda la serie, con algún video incluido. Nunca le hallé la gracia ni la originalidad realmente, y odié a casi todos sus personajes menos a los dos hermanos. Yo soy de la época de Ally McBeal y a mí no me parece ningún “novedoso” el insertar momentos de fantasía en la realidad de los personajes. Así que aquí las expectativas jugaron muy en contra y ni un gran descubrimiento, ni la serie de la década me pareció. Allan Ball: 2 a 0. Me rindo contigo, vete a engañar a incautos.
Amé Skins, con toda su locura, la rabia de sus años, sus amores contrariados pero verdaderos y el peligro de estar vivos. Amé Skins con la sangre, con el pensamiento, con los sentidos y con el corazón. Nunca olvidaré a estas dos generaciones y estoy en espera de conocer a la tercera. Esta juventud que se sale por los poros de la serie, no es otra que los recuerdos salvajes que todos llevamos de cierta manera sobre la nuestra, real o ficticia.
Me convencieron de ver The Vampire Diaries a través de un negocio que salió muy mal para mí porque vi los 22 episodios y la persona con la que los canjeé no vio ni el piloto de The L Word. Pero ahora soy una más en la fila de los que esperamos su segunda temporada, convencida de que TVD en verdad mola y Damon también. No está nada mal y la disfruté bastante, y hasta sale Mia Kirshner. Tiene asegurado su lugar en mi parrilla.
Estas fueron las series y temporadas que pude sacar de la lista negra y no saben las que tengo pendientes, pero ya será en otro momento, porque septiembre nos pisa los talones y ya sabemos lo que se nos viene encima.
En el siguiente post les contaré las que seguí a ritmo de emisión, algunas de ellas todavía al aire o empezando.
¿Y tú qué piensas? Déjame un comentario en el blog.