por Bianca Alexander , ganadora del premio EMMY, periodista de televisión + presentadora, TV Living Consciente
El verdadero mensaje de Cristo era mucho más que miedo, juicio y dogma religioso.
Al haber crecido en una familia cristiana conservadora, me enseñaron a creer que ser un creyente “verdadero” y, por lo tanto, “entrar” al cielo significaba adorar a Jesucristo como mi único y único salvador personal. Después de ser bautizado como un bebé y “salvado” como un adulto joven, creí que honrar a Jesús requería poner el cristianismo en un alto pedestal que prohibía el reconocimiento de otros santos, religiones o caminos hacia Dios. Aunque siempre tuve una curiosidad natural acerca de otras culturas y sus prácticas espirituales, secretamente temía que estar abierto a otras religiones significara ser desleal a Jesús. Para mí, ese era un terreno peligroso tanto moral como espiritualmente.
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Como resultado, evité todo lo que se veía o sentía demasiado “diferente” de los rituales que practicaba cuando crecía en la iglesia AME (African Methodist Episcopal). Cada semana, mi familia se ponía su mejor atuendo dominical para unirse al desfile de trajes zoot personalizados, coloridos sombreros de ala ancha, disfraces y piadosos guantes blancos. Una vez sentado cómodamente en nuestro banco favorito, jugué bien mi papel. Canté en tono de himnarios rojos. Me puse de pie y me senté a recitar versículos de la Biblia, el único texto sagrado que leí. Una vez al mes, silenciosamente aguanté servicios de comunión de tres horas con pan, galletas y jugo de uva sin parecer aburrido, y los escuché atentamente durante los sermones de pastores carismáticos a los que se asignó a predicar, gritar y golpear a la congregación con euforia espiritual.
Mientras miraba la parte, cantaba y recitaba a la señal, nadie me preguntó sobre el estado de mi conciencia. Aunque cada servicio era alentador, a menudo dejaba a la iglesia sintiéndose espiritualmente vacía.
La Conciencia Universal de Cristo
Años más tarde, me convertí en un curioso buscador espiritual. Estudié Kabbalah, Scientology, Hinduism y Buddhism, buscando la religión “verdadera”. Fui a cada templo, catedral, mezquita e iglesia que pude encontrar. Eventualmente, visité el Centro Espiritual Agape de LA, una congregación basada en la tradición de la Ciencia de la Mente fundada por Ernest Holmes. Fue una revelación. Allí, me encontré por primera vez con el concepto de “conciencia universal de Cristo”. Los servicios incluían afirmaciones y canciones, pero a diferencia de mi iglesia natal, el reverendo Michael Beck recitaba escrituras de todas las religiones principales, incluidas la Torá, el Corán y el Bhagavad Gita. . A menudo hacía referencia a las palabras de Jesús en la Biblia: “El reino de Dios está dentro de ti” (Lucas 17: 20-21). En su ámbito, el legado más importante de Cristo no era una religión en particular o la iglesia misma, sino su Espíritu, su conciencia de Dios, que reina en todos los corazones.
Esta filosofía llegó a su origen cuando estudié las enseñanzas de Paramahansa Yogananda, el santo indio que fundó Self-Realization Fellowship en 1920 para llevar el yoga a Occidente y compartir la verdad subyacente detrás de todas las religiones verdaderas. Yogananda enseñó extensamente sobre la conciencia universal de Cristo. Él enseñó que en un reino interno de conciencia divina, la percepción intuitiva despertada del alma traspasa los velos de la materia y la energía de la vida, y descubre la esencia de Dios en todas las cosas. En sus libros aclamados por la crítica, La segunda venida de Cristo y El yoga de Jesús, Yogananda escribió:
” Muchas son las iglesias y los templos fundados en su nombre, a menudo próspero y poderoso, pero ¿dónde está la comunión que él enfatizó, el contacto real con Dios? Jesús quiere que los templos se establezcan en las almas humanas, ante todo; luego se estableció externamente en lugares de culto físico. En cambio, hay innumerables edificios enormes con vastas congregaciones adoctrinadas en churchianity, pero pocas almas que están realmente en contacto con Cristo a través de la oración profunda y la meditación “.
Cuando se le preguntó acerca de la resurrección de Cristo y la segunda venida, Yogananda nunca consideró el regreso literal de Jesús a la Tierra. Él dijo:
“Mil Cristos enviados a la tierra no redimirían a su pueblo a menos que ellos mismos se vuelvan semejantes a Cristo purificando y expandiendo su conciencia individual para recibir en ellos la segunda venida de la Conciencia Crística, como se manifestó en Jesús. El contacto con esta Conciencia, experimentado en la alegría siempre nueva de la meditación, será la segunda venida real de Cristo, y tendrá lugar directamente en la propia conciencia del devoto “.
Esta Pascua, elijo resucitar la Conciencia Crística Universal dentro de mi propio corazón. Para mí, este contacto no tiene nada que ver con la forma en que expreso mi religión en el exterior: lo que llevo, ya sea que vaya a la iglesia o no, y las canciones que canto son de poca importancia. Aunque puede funcionar para otros, no necesito una cruz, comunión o un himno especial para encontrar a Dios.
Esto significa caminar humildemente por el mundo con amabilidad y compasión; amando a los demás especialmente cuando no creen en lo que hago, ya sean islámicos, judíos, ateos, blancos, homosexuales o republicanos. Y quizás lo más importante es cultivar un amor más profundo por lo Divino, ya sea que lo llame Cristo, Krishna, Buda, Alá, Elohim, Poder Superior, Madre Divina o Dios.
Información y agradecimientos a: thriveglobal.com/stories/26765-resurrecting-the-universal-christ-consciousness