Ayer hablaba con una persona metida en las lides de Internet. Comentábamos que, lejos de lo que muchos piensan, Internet es una ventana al mundo, a la expresión y a la transmisión de conocimiento, más allá de las barreras geográficas y culturales que nos separan. Para muchos es, simplemente, un riesgo más en nuestro mundo que favorece cosas como la deseable trasparencia, honestidad y la comunicación entre los seres humanos! Internet no es un fín en sí mismo, sino una herramienta, una oportunidad jamás antes vivida!
Como suelo afirmar, no hay nada intrínsecamente bueno o malo, beneficioso o perjudicial, en nuestra vida. Todo depende del sentido que le demos y el uso que hagamos de ello! A mí, particularmente, el ciberespacio me ha traído el amor, rompiendo barreras a veces infranqueables entre los seres humanos. Internet propició el encuentro conmigomismo, el resonar y compartir muchas de las emociones que tenía -y siempre había sentido- y, al fin abrió mi corazón al amor de quien supo y quiso abrirlo, resonando conmigo! Y, aún hoy, es y sigue siendo nuestro vehículo de comunicación, de amor y, por que no afirmarlo, también de alejamiento! Así, la red une y desune, según como la utilicemos. Porque, como suele pasar en la propia vida, si manda el amor, une y si nos domina el miedo o el dolor, desune y entonces es una puerta cerrada e infranqueable. Y los separa un simple “click” en el ordenador y una conexión telemática! Pero también es verdad que las palabras transmitidas por Internet, como las miradas deseadas, quedan flotando en el éter y, por fortuna, también permanecen en el corazón, por más que nos obstinemos en borrarlas de nuestra memoria!
Sin más testigos que nosotros mismos, el éter guarda con celo nuestros mejores y peores sentimientos y deseos, como nuestra Alma hace con lo mejor de cada uno de nostros! Podemos conectarnos o desconectarnos en ciertos momentos, podemos incluso formatear nuestro disco duro o inhabilitar nuestra conexión de ADSL, pero lo esencial permanece en nuestra propia Consciencia, en nuestro propio corazón! Cuando hay amor, éste permanece esperando a que se diluya el miedo que nos impide conectarnos a nostros mismos, al ser amado, a los demás y al Universo! Solo hay que dejar pasar el tiempo y confiar en la vida, tanto de Internet, como en la vida misma…
Con el tiempo, la conexión día a día es más inevitable, más fuerte y más duradera, solo hay que dejarse fluir y permitir que la vida siga su curso, sin obstaculizarlo. La Verdad yace en nuestro interior y solo hay que darle tiempo para expresarse y manifestarse… y para ello solo hay que dejarla brotar cuando pugna por salir de su encierro en nuestro corazón, cuando resuena en alguien o algo amado! Está ahí, esperando su momento para ser compartida, con amor! Intentaremos nosotros mismos o intentarán los demás evitarlo, ponerle trabas a la evidencia de un sentimiento o al canal que lo trasmite a través del ciberespacio, pero estará allí, listo para ser redescubierto en el momento oportuno, ni antes ni después, en cuanto el corazón se sienta preparado para compartirlo!
Y, hablando de trabas y obstáculos, hay quienes pretenden ponerlos en Internet, añadiendo puertas a este campo abierto, democrático y universal, como también quienes se obstinan en negar una emoción inevitable que nace y crece, día a día, en el corazón. Pobres ilusos que no recuerdan que el amor verdadero lo puede todo, incluso trasmitirse sin el éter, en el silencio y a distancia, para siempre! Claro que al amor, en verdad, le basta una sola mirada…
Poner puertas al campo. Mira este vídeo ilustrativo de abajo, no habla de amor, sino de Internet, aunque a veces se parecen. Extrae tus propias conclusiones.
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