Estaba tranquilamente currando cuando llega a mis pabellones auditivos el reclamo de un halcón peregrino. Casi instintavamente alzo la cabeza para ver, casi a diario, al ejemplar que pernocta en la Iglesia de San Agustín o alrededores. ¡¡¡Y cuál es mi sorpresa, cuando no veo uno sino dos halcones en posición de cópula!!! ¡Y yo sin cámara para inmortalizar el momento! Segidamente el macho alzó el vuelo para volver a posarse de nuevo, y seguir con su affair amoroso. De nuevo, se marchó el macho para posarse en la repisa de un edificio cercano. Mientras la hembra seguía posada, una gaviota patiamarilla (Larus michahellis) planeó demasiado cerca de donde ella se situaba, provocando que está se asustara volando y el macho la siguiera. Que ya se sabe hay mucho buitre por ahí suelto, y enseguida te la pueden levantar.
Vista de la Iglesia de San Agustí desde mi posición. La flecha roja indica la posición de la pareja de halcones.
Estoy deseoso por conocer que nuevas maravillas me depararán la feliz pareja. :D