Amor incondicional, Lina Prokófiev (1897-1989)

Por Sandra @sandraferrerv
La historia de Lina Codina fue la historia de un amor incondicional, pero también cruel, que la llevó a un destino trágico. Enamorada sinceramente del compositor Serguéi Prokofiev, lo siguió allá donde él iba y lo amó sin condiciones. A pesar de que él se negó a casarse con ella y sólo lo hizo cuando Lina quedó embarazada de su primer hijo; a pesar de que Serguéi se enamoró de una mujer mucho más joven y no dudó en mantener ambas relaciones; a pesar de que la abandonó a su suerte, a ella y a sus dos hijos, en una URSS amenazada por el terror estalinista. Lina sufrió torturas y fue condenada injustamente. Lina Prokófiev pasó siete años en un gulag y nunca más lo volvió a ver. A pesar de todo, al final, ella lo amó siempre. 

Lina Codina 
Nemiskaia nació en España en 1897. Hija de Juan Codina, un tenor español, y Olga Nemiskaia, una cantante de ópera polaca de origen aristocrático. Sus padres, debido a su profesión viajaban mucho hasta que se instalaron en Nueva York donde Lina pasó su juventud. Tenía veintiún años cuando vio por primera vez a Serguéi Prokófiev. El gran compositor tenía entonces veintisiete años y se había trasladado a Nueva York para dar conciertos. Después de conocerse en persona, Lina y Serguéi iniciaron una relación que fue consolidándose poco a poco a lo largo de los meses siguientes. Cuando en 1920 los compromisos profesionales obligaron al compositor a dejar los Estados Unidos, Lina no dudó en seguir sus pasos, a pesar de las advertencias de su propia madre quien no veía con buenos ojos aquella relación. 


Los años siguientes, la relación no avanzaba. Él priorizaba su carrera mientras ella intentaba mejorar sus técnicas de canto sin recibir mucho apoyo por parte de Serguéi. Pero a principios de octubre, el avanzado embarazo de Lina forzó a la pareja a casarse. En febrero nacería Sviatoslav. No sería el único hijo, pues años después nacería Oleg.

1936 marcaría su destino para siempre. Serguéi decidió volver a la Unión Soviética. Por supuesto, Lina y sus hijos fueron con él. Dos años después una joven estudiante de literatura y apasionada de la música se interponía en el camino del gran compositor quien se enamoró perdidamente de ella. Mira Mendelssohn tenía veinticuatro años menos que su amante. A pesar de las quejas de Lina, la relación con Mira siguió adelante.



En 1941 Serguéi Prokófiev huía de Moscú ante la amenaza del régimen de Stalin vertida sobre los intelectuales. Lina y sus hijos permanecieron en la URSS. Mientras trabajaba duro por sacar a sus hijos adelante, su marido se casaba con Mira sin haberse divorciado oficialmente de ella. 

A principios de 1948 Lina Prokófiev fue detenida acusada de espionaje. Sus continuas visitas a las embajadas extranjeras donde buscaba la manera de conseguir visados para ella y sus hijos, fueron el pretexto para que la policía de Stalin pensaran que era una traidora al régimen. Después de sufrir terribles torturas, un juicio que fue más bien una pantomina, la condenó a pasar veinte años en un campo de trabajo, conocidos en la Unión Soviética como gulags. Tres años después de la muerte de Stalin, Lina fue liberada. Había pasado siete años prisionera, alejada de los suyos y sufriendo una pesadilla. Para entonces, en 1956, Serguéi Prokófiev ya había muerto. 



Las autoridades soviéticas reconocieron su matrimonio con el compositor y le asignaron una pensión de viudedad que la ayudaron a sobrevivir. En 1974 dejaba Moscú y se instalaba en Londres donde viviría hasta el final de sus días volcada en una fundación que preservó la memoria de Sergéi. 

 Si quieres leer sobre ella 


Lina Prokófiev, una española en el gulag 
Valentina Chemberdjí