Amor (por el cine) en tiempos de guerra – Crítica de “Su mejor historia” (2016)

Publicado el 21 julio 2017 por Manuzapata @vivazapatanet

¿Has mirado algo sabiendo que lo quieres más que a nada en la vida comprendiendo que nunca podrá ser tuyo? Yo lo he hecho y te digo que, o acaba contigo o enciende un fuego en tu interior que seguirá ardiendo hasta el fin de tus días. Tras escuchar esta frase sobre un primer plano del rostro de una Gemma Arterton con los ojos vidriosos, la conmovedora partitura de Rachel Portman hace el resto. Cuando el espectador llegue a ese punto, con el bagaje emocional que el argumento ha ido sedimentando en el cauce de la narración, va a ser harto complicado contener las lágrimas.

Qué no hubiésemos dado por haber podido escribir (e interpretar) otro final, uno distinto y brillante, para nuestras escenas románticas fallidas. Culminar aquella conversación entre adolescentes de casi cuatro horas con un beso en los labios de la persona amada, conseguir el ansiado sí evitando el molesto tartamudeo provocado por el nerviosismo ante un momento crucial o asumir y aceptar el amor que nos brinda quien tenemos enfrente, sincerándose y ofreciéndose a tumba abierta, en lugar de acobardarnos y salir huyendo.

Vida y cine, cine y vida, vida dentro del cine y cine dentro de la vida. El juego que articula la danesa Lone Scherfig une por un lado y desenlaza por otro el ámbito real y la ficción traídos a la gran pantalla a partir de la adaptación de una novela que ya en su título homenajea al séptimo arte. Su mejor hora y media, de Lissa Evans, es un juego de palabras que se refiere a la duración estándar de un largometraje de la época.

Londres. Segunda Guerra Mundial. Una joven escritora comienza a trabajar en la división de películas del Ministerio de Información, unidad encargada de trasladar a la población optimismo ante los constantes bombardeos que asedian la capital. Las circunstancias la colocan en el equipo de guionistas que prepara un largometraje acerca de la evacuación de Dunkerque, momento en que su gris existencia junto a un artista bohemio experimentará un tremendo vuelco.

Lo más interesante de esta aproximación al metacine reside en su disección del proceso creativo, la manera en que una historia real ha de ser modificada para convertirse en material cinematográfico de primera que consiga atrapar la atención y apasionar a la audiencia transmitiendo autenticidad y credibilidad sin perder su espíritu primigenio.

Más importante aún resulta una segunda lectura que reflexiona sobre el papel de la mujer tanto como personaje dentro de un guión como en la sociedad, incluidos sus méritos para figurar como jefa de equipo dentro de un filme. Aunque la acción se desarrolle en la década de 1940, el mensaje, por desgracia, no ha perdido vigencia, a pesar de que una fémina dirija y cuente con talentosas colaboradoras al frente del guión, la música, el montaje, la dirección artística y el reparto de una cinta que, más allá de no resultar redonda, deja un regusto emotivo y evocador para todos los que amamos el cine.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  ©  Number 9 Films, Filmgate Films, Ripken Productions, BBC Films. Cortesía de A Contracorriente Films. Reservados todos los derechos.

Su mejor historia

Dirección: Lone Scherfig

Guión: Gaby Chiappe, basado en la novela Su mejor hora y media de Lissa Evans

Intérpretes: Gemma Arterton, Sam Claflin, Bill Nighy

Música: Rachel Portman

Fotografía: Sebastian Blenkov

Montaje: Lucia Zucchetti

Duración: 112 min.

Reino Unido, Suecia, 2016 

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