Todos los días, cuando me levanto, me despabilo, voy al baño, me ducho y al volver a mi habitación, lo primero que veo es a mi adorada cama… Tranquila y muy paciente, esperando por mí. Cálida y acogedora… como siempre.
Al verla, yo claramente entiendo su mensaje:
Casi casi como un ruego: ¡¡¡No te vayas. No seas cruel conmigo!!! Por favor… ¡¡¡No me dejes así, como así!!!
Entonces yo, con mucho y verdadero amor… me le acerco, me siento sobre ella y empiezo a acariciarla suavemente, con mucho cariño. Inmediatamente percibo la delicadeza y calidez de su pasión por mí, caigo en sus redes, porque se que realmente me ama y yo también la amo.
Pero yo no me conformo con eso, mi cuerpo pide más, mucho más y sucede lo inevitable… Me acuesto con ella, en ese momento, es cuando mi cama me envuelve con verdadero amor, ¡¡¡Amor que yo siento!!!…
Amor desinteresado, real, cálido, que no pide nada a cambio… En realidad, soy un hombre muy afortunado… Sinceramente: mi relación con ella me hace muy feliz. ¡¡¡Ja Ja Ja!!! JO$E LUI$ M.B.