«Se llamaba Christos L. y, para no parecer demasiado extraño, se presentaba como Christos. Estaba solo en su cuarto. Era 1966. Tenía veinticinco años y acababa de dejar atrás una época. difícil. Ahora abría una puerta que era la suya. En el escritorio descansaban unos libros y un cuaderno de notas. Era cuanto poseía.»
El griego que emigró a Suecia cuando era tan solo un joven que tenía sueños, quería estudiar y huía de una realidad muy dura, Theodor Kallifatides nos deleita con su última obra, AMOR Y MORRIÑA, de nuevo de la mano de la Editorial Galaxia Gutenberg. Deliciosa, conmovedora, llena de amor y dolor, de añoranza y desasosiego; de desarraigo y de deseo de pertenencia; de búsqueda constante, de terneza; de deber y libertad. Kallifatides en estado puro.
Cubierta de: ‘Amor y morriña’
" aria-describedby="caption-attachment-78192" data-orig-size="203,300" sizes="(max-width: 203px) 100vw, 203px" data-image-title="Cubierta de ‘Amor y morriña’" data-orig-file="https://laslecturasdeguillermo.files.wordpress.com/2023/01/cubierta-de-amor-y-morrina.jpg" data-image-description="" data-image-meta="{"aperture":"0","credit":"","camera":"","caption":"","created_timestamp":"0","copyright":"","focal_length":"0","iso":"0","shutter_speed":"0","title":"","orientation":"0"}" data-medium-file="https://laslecturasdeguillermo.files.wordpress.com/2023/01/cubierta-de-amor-y-morrina.jpg?w=203" data-permalink="https://laslecturasdeguillermo.wordpress.com/2023/01/23/amor-y-morrina-de-theodor-kallifatides/cubierta-de-amor-y-morrina/" alt="Cubierta de 'Amor y morriña'" srcset="https://laslecturasdeguillermo.files.wordpress.com/2023/01/cubierta-de-amor-y-morrina.jpg 203w, https://laslecturasdeguillermo.files.wordpress.com/2023/01/cubierta-de-amor-y-morrina.jpg?w=102 102w" class="alignnone size-full wp-image-78192" data-large-file="https://laslecturasdeguillermo.files.wordpress.com/2023/01/cubierta-de-amor-y-morrina.jpg?w=203" />El autor se siente cómodo hablando de lo que conoce y desde el corazón. Su novela destila soledad y añoranza porque como Christos, él también se sintió desamparado y aislado en un país del que desconocía todo, empezando por el idioma. Intentaba hacerse un hueco en una sociedad que carecía del concepto de piedad huyendo de la situación corrupta de su tierra añorada en la que sentía que era una carga para sus seres queridos. ¿Podía hacer otra cosa que no fuera huir? Experimentó en primera persona lo que significan las miradas de desprecio frente al foráneo, esas que quieren decir que no eres de los nuestros y nunca lo serás porque no importas nada. Su tesón, el trabajo y el amor por el conocimiento seguramente fueron las tablas de salvación a las que se aferró con ahínco. Y aprendió. Los matices, muchacho. Sin ellos todo está perdido. El amor y el humor, el cariño y la ironía, la verdad y la hipocresía. Nuestras conversaciones se vuelven necias, anodinas, sin emoción. La lengua no lo es todo, pero todo es lengua.
Christos, un emigrante enamorado de una mujer casada que sabe que no se puede robar la felicidad y piensa en su madre -siempre la presencia de la madre- antes de dar pasos que rompan la familia; un joven que se ha criado escuchando a Theodorakis y Hatzidakis y ahora tiene que hacer caso al pop europeo o americano y quiere volverse más sueco que los propios suecos. Recuerda poemas de Seferis e intenta enterrar su corazón, que anhela amor, en Aristóteles.
Tal vez por eso escribiera acerca de la catarsis. Quería purificarse a sí mismo. En la penumbra de su habitación trató de ver con más claridad, como el conductor sueco. Pero solo veía lo que había perdido y su alma se iba vaciando cada vez más. Si continuaba así, se convertiría en un espectro. La vida en un país extranjero nos vuelve un poco espectrales. Era un emigrado y se había enamorado de la mujer equivocada. Piensa que sin su lengua es un hombre a medias, y no sabe cuándo volverá a ser un hombre completo.
Personajes secundarios que tienen también una historia que contar, porque siempre todo vuelve a Grecia, a las noches en Atenas, a los clásicos, a los años miserables, a la tristeza de su padre y a las lágrimas de su madre. Vete, hijo mío. Vete. Tu país no quiere saber nada de ti. Un sentimiento que no le abandona. Aristóteles y los versos de Cavafis que le brindan consuelo:
Una vela es suficiente. Porque su tenue luz
Se adapta mejor, hace más fascinantes
Las Sombras voluptuosas que vienen del amor.
El protagonista de la obra de Kallifatides habla de la dificultad de encontrar el amor, mejor dicho, de que su amor sea correspondido en un país en el que todos los extranjeros parecen iguales porque se convierten en formas sin rostro que pasean por las calles; ya no está su hogar, ni sus padres, ni sus amigos porque todo está lejos y ha desaparecido; Christos envidia la libertad de los jóvenes que bailan y se abrazan y se tiran besos. Siente envidia de ellos, de su alegría, de su felicidad.
Amor y morriña destila sentimientos en cada página, los que traspasan el corazón de aquellos que se ven obligados a abandonar su tierra, sus raíces, sus gentes y su lengua para intentar hacerse un hueco en otra que no es la suya y que, casi nunca les da la bienvenida, aunque los tolere. Las dificultades y el dolor de Christos es el dolor de miles, de millones de personas desarraigadas que arrastran su tristeza ante nuestros ojos ciegos a la soledad, a los sueños que no son nuestros.
Pero la historia siempre sigue su curso y no tiene sentido pelearse con la vida, mi queridísimo amigo. Lo mejor que podemos hacer es amarla.
Personajes:
- Christos L, es un joven emigrante griego. Le gusta jugar al ajedrez. Una beca del gobierno sueco le permite estudiar lo que siempre había soñado, en Suecia.
- Carolina von H., su casera se compadece de él. Viuda de un coronel al que vio morir en sus brazos por infarto. Se ponía guapa cada mañana para sí misma y para su difunto marido. Tenía la vida bien organizada. Le consiguió un trabajo en un restaurante. Le enseñaba sueco.
- Rania tiene una hijita, Johanna B., y un marido, Matías. Prepara una tesina sobre la desnudez. Quiere descubrir la vergüenza, el miedo y la excitación.
- Thanasis, su amigo griego. Peluquero insuperable y cocinero excelente de platos que saben a hogar. Estudia Empresariales. Marxista convencido.
- Emilie y Jean Jacques son lo dueños del bar en el que trabaja. Sus amigos.
Y, por supuesto, Paola, la bella mujer que le dio la vida.
Lee y disfruta de las primeras páginas de la novela.
El autor:
Theodor Kallifatides ha publicado más de cuarenta libros de ficción, ensayo y poesía traducidos a varios idiomas. Nació en Grecia en 1938, y emigró a Suecia en 1964, donde consolidó su carrera literaria. Ha traducido del sueco al griego a grandes autores como Ingmar Bergman y August Strindberg, así como del griego al sueco a Yannis Ritsos o Mikis Theodorakis.
Ha recibido muchos premios por su trabajo tanto en Grecia como en Suecia, país en el que reside actualmente. En España, ganó el Premio Cálamo Extraordinario 2019 por Otra vida por vivir. Posteriormente, Galaxia Gutenberg ha publicado sus novelas El asedio de Troya (2020), Madres e hijos (2020), Lo pasado no es un sueño (2021), Timandra (2022) y Amor y morriña (2022).
El libro:
Amor y morriña (título original: Kärlek och främlingskap, 2020) ha sido publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg en su Colección Narrativa. Traducción del sueco: Carmen Montes Cano y Eva Gamundi Alcaide. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 224 páginas.
Como complemento pongo la grabación realizada en el Espacio Fundación Telefónica Madrid de Kallifatides. País perdido, lengua ganada.
Para saber más:
Theodor Kallifatides en Wikipedia.