Amores batracios

Por Davidalvarez

Con la llegada de la primavera y la subida de las temperaturas, muchas especies de anfibios han comenzado a reproducirse. Las ranas bermejas (Rana temporaria) de zonas bajas ya lo hicieron en otoño y ahora les toca el turno a las poblaciones de zonas altas que se habían pasado el invierno bajo la nieve. Otras especies con una fenología menos diferenciada, como los Sapos comunes (Bufo bufo) aprovecharán estos días para hacer sus puestas. Sólo hace falta visitar los blogs de los amigos (1, 2) para darse cuenta de que estas últimas semanas la reproducción de esta especie se encuentra en pleno apogeo por toda nuestra geografía..

Los sapos son muy filopátricos, o sea, que tienen una especial querencia a reproducirse en el lugar donde nacieron y repiten año tras año en los mismos sitios. Esto hace que en determinadas zonas se produzcan grandes concentraciones de reproductores durante unas cuantas semanas al año en la que los machos se reunen esperando a que las hembras maduras se acerquen a desovar.

Los machos se arman de paciencia y compiten con otros machos por los mejores lugares y una vez que aparecen las hembras se darán patadas y manotazos para conseguir agarrarse a ellas. La mayoría no lo conseguirán y sólo aquellos mas fuertes y capaces de desplazar a sus rivales se aparearán con éxito. Debido a esto, cuando estudiamos la dinámica y la genética de una población es más importante el concepto de "población efectiva" que es el número de individuos que se reproducen y que por tanto pasan sus genes a la siguiente generación, que el de población total, que incluye a la fracción que no se reproduce.


El amplexus tiene por objeto estimular a la hembra para que realice la puesta. El macho la aprieta con sus patas anteriores y cuando ella está lista arquéa su cuerpo y comienza a expulsar los huevos. El macho los fecundará a medida que vayan saliendo y con sus patas traseras agarrará el cordón que sale de su cloaca y tirará de él ayudando de esta forma a su expulsión (haced click en las fotos para verlo con mas detalle). Cuando termine de desovar, un cordón transparente relleno de pequeños huevos negros, que puede alcanzar varios metros de longitud, acabará enredado entre las ramas y las piedrecillas ocupando gran parte de la charca o el arroyo.

Pero no todos los sapos llegarán a sus charcas, desgraciadamente cientos de ellos moriran aplastados por los coches ya que gran parte de las zonas de reproducción se encuentran al borde de caminos y carreteras. Ayer por la noche, en la localidad de Tuiza, en un tramo de unos 30 metros encontramos unos 15 sapos recientemente atropellados. Sólo haría falta una mínima inversión por parte de la administración para evitarlo, y por supuesto sólo un poco de cuidado y respeto por parte de los conductores, pero me temo que al menos en nuestro país eso es mucho pedir.